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Científicos identifican 4 genes que aumentan el riesgo de pensamientos suicidas

¿Existe una base genética para los comportamientos y pensamientos suicidas?

Cuatro genes aparecen frecuentemente entre las personas que han experimentado comportamientos y pensamientos suicidas, aunque hay que confirmar su real repercusión en la atención clínica.

¿Existe una base genética para los comportamientos y pensamientos suicidas?

Justamente partiendo de esta interrogante, un equipo de investigadores pertenecientes al Centro Médico de la Universidad de Duke y Durham VA (Carolina del Norte, EEUU); logró la identificación de 4 genes que aparecen con regularidad entre las personas que han sufrido casos documentados de acciones o pensamientos suicidas luego de haber analizado su genoma.

Según las estadísticas, el suicidio se presenta como una de las principales causas de muerte; sin embargo, la base genética molecular de los comportamientos y pensamientos suicidas continúa siendo desconocida. Por lo que determinar loci (localización física de un gen específico en un cromosoma) de riesgo genómico replicable y novedoso para esta clase de comportamientos puede llegar a ser de mucha ayuda.

Este estudio, que fue publicado en “JAMA Psychiatry”, fue realizado sobre 633.778 militares veteranos de los Estados Unidos y ha podido identificar 7 loci de riesgo de ascendencia cruzada de importancia en todo el genoma por medio de un metanálisis. Los principales loci fueron replicados de manera independiente en una gran cohorte internacional.

Aunque se han podido identificar múltiples genes de riesgo candidatos de ascendencia cruzada novedosos para esta clase de conducta, los investigadores creen que se requieren más estudios y evidencias para replicar estos descubrimientos y poder determinar si dichos genes podrían tener una repercusión importante en la atención clínica.

Factores de riesgos heredados que juegan un papel relevante en la patología de los pensamientos suicidas

Los autores del estudio señalan en el artículo que, si bien se requieren más datos para lograr determinar si la identificación de los marcadores genéticos podrían conllevar a tratamientos dirigidos. También es evidente que los descubrimientos avanzan en la comprensión de cómo los factores de riesgo heredados desempeñan un rol importante en la patología de las acciones y pensamientos suicidas.

El coautor principal de la investigación y miembro del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Duke, Nathan Kimbrel; señaló que es muy importante considerad que estos genes no predestinan a nadie a sufrir o presentar este tipo de alteraciones. Sin embargo, es fundamental comprender que podrían aportar un mayor riesgo, especialmente cuando se combinan con eventos o situaciones que acontecen el la vida del individuo.

El equipo de investigadores, del cual además forma parte la coautora principal del estudio, Allison Ashley-Koch, quien es profesora del Departamento de Medicina de Duke; realizó un análisis diverso y extenso del genoma completo usando datos de 633.778 veteranos de los Estados Unidos.

De los voluntarios, el 71,4 por ciento eran de ascendencia europea. Mientras que el 19,7 por ciento era de ascendencia africana, el 8,1 por ciento hispana y el 1,3 por ciento asiática. Principalmente eran hombres, con una participación de solo un 9 por ciento de mujeres.

Genes presentes entre las personas con comportamiento suicida

Dentro de ese grupo de participantes, se pudieron identificar 121.211 casos de acciones o pensamientos suicidas a partir de registros médicos. Los voluntarios se clasificaron como controles si no tenían un registro documentado de conductas de autolesión a lo largo de su vida.

Por medio de un análisis del genoma completo de muestras de sangre, el equipo de investigadores logró la identificación de numerosos genes que eran evidentes entre los participantes con casos documentados de acciones o pensamientos suicidas, de forma independiente de sus antecedentes ancestrales.

Los 4 genes y el estrógeno

Los científicos hallaron que cuatro genes tenían los vínculos más fuertes, los cuales también se han asociado anteriormente con afecciones psiquiátricas: el ESR1, se trata de un receptor de estrógeno, había sido identificado anteriormente como un gran impulsor genético causal del trastorno de estrés postraumático o TEPT y la depresión. Estos son factores de riesgo de comportamientos suicidas entre los veteranos.

Al respecto, Krimbel explicó que, además se sospecha que el estrógeno es la causa de las diferencias sexuales en los registros de depresión. También se ha descubierto que la pérdida de ESR1 es capaz de producir efectos en el tejido cerebral de los hombres.

Otro de los genes, el DRD2: se trata de un receptor de dopamina y se ha vinculado con esquizofrenia, trastornos del estado de ánimo, conductas de riesgo, TDAH, trastornos por consumo de alcohol e intentos de suicidio.

En cuanto al tercer gen, el DCC: este se expresa en el tejido cerebral a lo largo de la vida, los expertos lo han vinculado con múltiples afecciones psiquiátricas y se encuentra elevado en el cerebro de los individuos que mueren por suicidio.

Finalmente, está el gen TRAF3. Este se encuentra vinculado con el comportamiento antisocial, el TDAH y el uso de sustancias. El litio, que es el tratamiento “gold standard” administrado para el trastorno bipolar que ha demostrado reducir el riesgo de suicidio; es capaz de modular la expresión de TRAF3 y varios otros genes inflamatorios.

Más de 700.000 muertes al año y una de las primeras causas de muerte entre los jóvenes

Además de estos cuatro genes, el equipo de investigadores también logró la identificación de 9 genes de riesgo adicionales específicos de la asecendencia cruzada.

Kimbrel señaló que, ciertamente los genes representan un pequeña cantidad de riesgo en comparación con otros factores. Sin embargo, es necesario comprender mejor las vías biológicas que subyacen al riesgo de un individuo involucrarse en una conducta suicida.

El investigador hizo énfasis en que el suicidio es la causa de más de 700.000 muertes al año. También es la cuarta causa de muerte entre la población con edades entre 15 y 29 años. Por lo tanto, cuanto más se conozca sobre el tema, mejor se podrá prevenir estas trágicas muertes, concluyó Kimbrel.

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