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Incendios en España: la devastación y una esperanza en el clima

España vive su peor temporada de incendios

Incendios en España, con más de 340.000 hectáreas arrasadas

Incendios en España: el país atraviesa la peor temporada de incendios forestales desde que existen registros. Más de 340.000 hectáreas han quedado reducidas a cenizas en lo que va del año, superando el récord histórico de 2022. La magnitud de los fuegos ha afectado especialmente a regiones como Castilla y León, donde varios focos permanecen activos. En la provincia de León y en el Parque Nacional de Sanabria, el fuego ha obligado a evacuar poblaciones enteras y ha arrasado miles de hectáreas de monte, amenazando ecosistemas de enorme valor natural.

Efectos colaterales de los incendios en España

Las consecuencias van más allá de la superficie quemada. Los incendios han disparado las emisiones de carbono, aportando niveles históricos de gases de efecto invernadero que agravan la crisis climática. Además, el humo y las cenizas han deteriorado la calidad del aire y del agua, afectando a la salud de miles de personas y poniendo en riesgo la biodiversidad en ríos y lagunas cercanas.

Pacto de Estado por la emergencia pública

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció un paquete de ayudas para las zonas afectadas por los incendios forestales, durante su visita a Jarilla, en la provincia de Cáceres, junto al ministro del Interior. Sánchez reiteró la necesidad de alcanzar un Pacto de Estado por la emergencia climática, subrayando que la magnitud y frecuencia de estos desastres exige una respuesta unida y duradera. Además, destacó que la prioridad inmediata es apoyar a los vecinos que han perdido viviendas, cultivos y medios de vida, al tiempo que se refuerzan los recursos destinados a la prevención y extinción de incendios.

Fin de ola de calor trae esperanza

El fuego se ha visto alimentado por una ola de calor excepcionalmente larga, con temperaturas superiores a los 45 grados, que elevó al máximo la vulnerabilidad del territorio. Sin embargo, tras más de dos semanas de calor extremo, los pronósticos anuncian la llegada de aire más fresco y húmedo. Esta bajada de temperaturas abre una ventana de esperanza: podría facilitar el trabajo de los equipos de extinción y marcar un punto de inflexión en la lucha contra una de las emergencias ambientales más graves que enfrenta España en los últimos años.

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