6 pueblos con encanto en España para un fin de semana (Parte 2). España está llena de pueblos con alma, belleza y una profunda conexión con su entorno. En esta segunda parte de nuestra serie, te proponemos seis joyas rurales perfectas para una escapada de fin de semana. Desde la sierra de Guadalajara hasta la costa vasca, estos destinos te conquistarán por su historia, arquitectura y paisajes únicos.
6 pueblos con encanto en España para una escapada de fin de semana
1. Valverde de los Arroyos (Guadalajara), a menos de dos horas de Madrid
Valverde de los Arroyos, en la comarca de la Sierra Norte de Guadalajara, es un encantador pueblo de poco más de 90 habitantes ubicado a 1.255 m sobre el nivel del mar.
Pertenece a la célebre Ruta de los Pueblos Negros por su singular arquitectura de muros de cuarcita, tejados de pizarra y detalles en madera, perfectamente integrados en el entorno natural. Declarado Conjunto Histórico‑Artístico, su casco urbano está formado por calles empedradas, balcones floridos y fachadas cubiertas de hiedra, rosas y parras,
En su céntrica Plaza Mayor se alza la iglesia de San Ildefonso (siglo XVIII), que conserva signos religiosos de gran valor como una cruz procesional del siglo XVI. También destaca la Ermita de la Virgen de Gracia del siglo XIX, construida con piedra y pizarra, adyacente al antiguo cementerio con inscripciones en su pavimento.
Valverde alberga una de las tradiciones más originales de la sierra: los Danzantes de la Octava del Corpus, bailarines vestidos de blanco que interpretan figuras rítmicas al son de la gaita y tamboril. El pueblo ha sabido mantener su estética tradicional sin renunciar a recibir visitantes: sin cableado visible, sin grandes carteles ni grandes infraestructuras modernas.
2. Liérganes (Cantabria), el pueblo de la leyenda viva
Liérganes, en Cantabria, es un encantador pueblo con alma histórica y natural. A orillas del río Miera y rodeado de verdes montañas, Liérganes es conocido tanto por su conjunto histórico como por la leyenda del hombre pez, que forma parte del imaginario local.
Pasear por su casco antiguo, lleno de casonas blasonadas y calles empedradas, es como viajar al siglo XVII. El famoso Puente Mayor, conocido como “puente romano”, cruza el río Miera y ofrece una vista perfecta de las montañas conocidas como las “Tetas de Liérganes”. Muy cerca se encuentra la escultura del Hombre Pez, símbolo de una leyenda local que puedes conocer en el centro de interpretación ubicado en un antiguo molino. También vale la pena visitar el Fluviarium, un pequeño museo dedicado a la fauna fluvial del norte de España. Para quienes buscan relajarse, el Balneario de la Fuente Santa ofrece aguas termales en un entorno apacible. Las iglesias de San Pedro ad Víncula y San Pantaleón completan el recorrido patrimonial. Además, Liérganes es ideal para degustar quesadas, sobaos y productos típicos en sus tiendas y restaurantes. Un destino perfecto para una escapada que combina cultura, naturaleza y tradición.
3. Alquézar (Huesca), tesoro medieval en la Sierra de Guara
Alquézar, en la provincia de Huesca, es uno de los pueblos más bonitos de España. Se alza sobre una colina, dominado por su castillo colegiata y rodeado por el espectacular Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara.
Su casco antiguo, de origen medieval, está formado por calles empedradas, casas de piedra rojiza y portales góticos. La Colegiata de Santa María la Mayor, construida sobre una antigua fortaleza musulmana, corona el pueblo y ofrece vistas increíbles del cañón del río Vero. Uno de sus principales atractivos es la Ruta de las Pasarelas, un recorrido entre acantilados, puentes y miradores que bordea el río. La naturaleza circundante permite practicar senderismo, barranquismo y escalada en la Sierra de Guara. En sus alrededores hay pinturas rupestres declaradas Patrimonio de la Humanidad.
Además, Alquézar es famoso por sus bodegas y vinos D.O. Somontano, por lo que también es un destino ideal para el enoturismo. También es sinónimo de buena gastronomía: destacan platos como el cordero a la pastora, las migas y los dulces tradicionales. Para una vista panorámica inolvidable, el mirador Sonrisa del Viento es una parada imprescindible. Su ambiente tranquilo, su patrimonio y su entorno natural hacen de Alquézar un destino perfecto para una escapada cultural y de aventura.
4. Elantxobe (País Vasco): casas encaramadas en la roca y puerto pesquero
Elantxobe es un pintoresco pueblo pesquero enclavado en un acantilado del País Vasco, en la provincia de Bizkaia. Con una población que ronda los 340 habitantes, se caracteriza por sus empinadas calles empedradas y casas blancas con tejados rojos, que descienden en cascada hacia el puerto. Uno de sus principales atractivos es la plataforma giratoria instalada en la zona alta, que permite a los autobuses girar debido a la estrechez de las calles. Esta peculiaridad ha convertido al pueblo en un destino turístico singular.
Elantxobe forma parte de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, lo que le otorga un entorno natural privilegiado. Los visitantes pueden disfrutar de hermosos paseos por el puerto, admirar las vistas panorámicas desde los miradores y explorar el Cabo Ogoño, un promontorio rocoso que ofrece vistas espectaculares del mar Cantábrico. Además, la gastronomía local es otro de sus atractivos, con bares y restaurantes que ofrecen platos tradicionales vascos. Elantxobe es un destino ideal para quienes buscan tranquilidad, belleza natural y una experiencia auténtica en la costa vasca.
5. Santillana del Mar (Cantabria), la villa de las tres mentiras
Santillana del Mar, en Cantabria, es un imperdible en nuestra lista de los 6 pueblos con encanto en España ya que es uno de los pueblos más bellos y con más historia. Conocida como “la villa de las tres mentiras” porque ni es santa, ni llana, ni tiene mar, este encantador enclave medieval conserva un centro histórico empedrado y perfectamente conservado. Sus casonas señoriales, torres, escudos y balcones de flores transportan al visitante a otra época.
El corazón del pueblo es la Colegiata de Santa Juliana, un magnífico ejemplo del románico cántabro, rodeada de plazas y calles que invitan al paseo tranquilo. En Santillana se respira arte y tradición: talleres artesanales, tiendas de productos locales y pequeños museos enriquecen la experiencia.
Muy cerca se encuentra la famosa cueva de Altamira, con sus pinturas rupestres de más de 15.000 años, considerada la “Capilla Sixtina del arte paleolítico”. Aunque el acceso está restringido, el museo y la neocueva (copia de la original) ofrecen una reproducción fascinante.
Santillana es también un lugar ideal para disfrutar de la gastronomía cántabra, con quesadas, sobaos, cocido montañés y quesos artesanales. Es un destino que combina historia, cultura y naturaleza, perfecto para una escapada con encanto.
6. Morella (Castellón): callejones medievales, portales e iglesias góticas
Morella, en la provincia de Castellón, es una de las joyas medievales más impresionantes de la Comunidad Valenciana. Su silueta coronada por un imponente castillo se alza sobre una colina a más de mil metros de altitud, rodeada por una muralla de más de dos kilómetros de longitud. Caminar por sus calles empedradas, flanqueadas por casas de piedra y portales góticos, es adentrarse en siglos de historia. La iglesia arciprestal de Santa María la Mayor, con su espectacular escalera helicoidal y su coro de madera tallada, es uno de los grandes tesoros del pueblo.
El castillo, construido sobre restos íberos, romanos y árabes, ofrece una vista panorámica inolvidable de la comarca. El acueducto medieval y las torres de San Miguel también merecen una visita. Morella es famosa por su artesanía textil y sus mantas morellanas, así como por su deliciosa gastronomía: trufa negra, cordero, quesos y flaons.
Durante el año, celebra fiestas tradicionales como el Sexenni o la Semana Santa, que llenan sus calles de color y devoción. La nieve en invierno le da un aire aún más mágico. Un pueblo perfecto para combinar naturaleza, cultura y sabor.
Una ruta de pueblos que enamoran
Cada uno de estos 6 pueblos con encanto en España ofrece una experiencia distinta, pero todos comparten algo en común: el poder de enamorar a quien los visita. Ya sea en la montaña, en el interior o junto al mar, estos rincones son ideales para reconectar con lo auténtico, disfrutar de la calma y descubrir otra cara de España.
