España e Israel en crisis: las sanciones de Sánchez desatan el mayor choque diplomático en décadas

España e Israel: la relación ha tocado un nuevo mínimo tras el anuncio de una batería de sanciones por parte del presidente Pedro Sánchez, dirigidas a condenar lo que calificó como un “genocidio en Gaza”. Este paquete de medidas ha desencadenado una fuerte respuesta diplomática desde Tel Aviv, donde no dudaron en acusar al gobierno español de antisemitismo y corrupción, e incluso vetaron el ingreso al país de dos ministras españolas.

España e Israel: el pulso diplomático

El enfrentamiento comenzó con la publicación de nueve medidas inmediatas por parte de Sánchez. Entre ellas se incluyen un embargo permanente de armas a Israel, la prohibición del tránsito de barcos y aviones con material militar por puertos y espacio aéreo españoles, el veto a la entrada de personas vinculadas a crímenes en Gaza, la suspensión de importaciones de productos de asentamientos ilegales, recortes consulares a residentes allí y una fuerte ampliación de ayuda humanitaria (hasta 150 millones de euros para 2026) y al organismo UNRWA.

Israel reaccionó con vehemencia: declaró que España incurre en antisemitismo y corrupción política, vetó la entrada al país de la vicepresidenta Yolanda Díaz y la ministra Sira Rego, y acusó al gobierno español de aliarse con regímenes autoritarios.

Resistencias internas y alianzas templadas

El anuncio desató tensiones dentro del escenario político español. El PP y Vox criticaron con dureza a Sánchez, cuestionando el oportunismo político de estas sanciones. En cambio, los socios de coalición, principalmente Sumar, celebraron las medidas, aunque con cautela, conscientes del coste diplomático que entrañaban.

Detalles de las 9 medidas anunciadas por Sánchez

  1. Embargo legal y permanente de armas a Israel mediante Real Decreto-Ley.
  2. Prohibición del tránsito de barcos con material militar por puertos españoles.
  3. Restricción del uso del espacio aéreo español para fines militares relacionados con Israel.
  4. Veto de entrada a España para personas vinculadas a posibles crímenes en Gaza.
  5. Suspensión de importaciones de productos de asentamientos ilegales.
  6. Reducción de servicios consulares a ciudadanos españoles residentes en esos asentamientos.
  7. Aumento de apoyo a la Autoridad Palestina, incluyendo más efectivos en Rafah y nuevos proyectos de cooperación.
  8. Aumento de fondos para la UNRWA (+10 millones de euros).
  9. Aumento de la ayuda humanitaria a Gaza, alcanzando hasta 150 millones de euros en 2026.

Respuesta desde Israel y firmeza española

El ministro israelí de Exteriores, Gideon Saar, respondió calificando las sanciones como una distracción de los problemas internos del gobierno español, acusándolo de antisemitismo y vetando la entrada a Díaz y Rego.

Frente a esto, Yolanda Díaz se declaró «orgullosa» del veto, lo interpretó como un símbolo de dignidad frente a lo que consideró un Estado que perpetra un genocidio y reclamó la retirada de la embajadora española en Tel Aviv.

El gobierno español, por su parte, rechazó enérgicamente las acusaciones de antisemitismo, defendió su compromiso con los derechos humanos y recordó su historial de solidaridad, como la concesión de nacionalidad a sefardíes y su condena a atentados de Hamás. Además, llamó a consultas a su embajadora en Tel Aviv, en señal de protesta diplomática.

Hacia dónde va la relación bilateral

Este nuevo episodio marca un punto de inflexión. La firmeza española busca posicionarse claramente del lado del derecho internacional y humanitario, aunque cueste una escalada diplomática con Israel. No obstante, la continuidad de las relaciones, tanto diplomáticas como comerciales, podría verse afectada si persisten ambas posturas sin acercamientos.

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