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Aranceles de Trump: el gobierno español se defiende tras la amenaza de Trump de imponer aranceles. La UE lo respalda y advierte que responderá “adecuadamente” ante cualquier medida comercial de Washington.
La última amenaza de Donald Trump volvió a sacudir el tablero diplomático europeo. El presidente de Estados Unidos advirtió que podría imponer aranceles a España si el país no aumenta su gasto militar hasta el 5% del PIB, en línea con las exigencias que el mandatario republicano impulsa dentro de la OTAN. La respuesta desde Madrid no se hizo esperar: “En España mandan los españoles, no somos su protectorado”, señalaron fuentes del Gobierno, en un mensaje que combina firmeza política y defensa de la soberanía nacional.
Las declaraciones de Trump, realizadas en un acto en Washington, incluían además críticas directas al presidente Pedro Sánchez y la sugerencia de que España podría ser “expulsada” de la Alianza Atlántica si no cumple con sus compromisos de defensa. La advertencia generó una inmediata reacción en Bruselas, donde la Comisión Europea recordó que las decisiones sobre comercio exterior son competencia exclusiva de la UE y que cualquier intento de sancionar a un país miembro sería respondido “de forma adecuada y proporcional”.
Moncloa resta dramatismo, pero marca límites
Desde el Palacio de la Moncloa intentaron bajar el tono al conflicto, aunque sin dejar pasar el trasfondo político del mensaje. “España cumple y cumplirá sus compromisos internacionales, también en el ámbito de la OTAN”, afirmaron fuentes oficiales, que insistieron en que el Gobierno mantiene una “relación de respeto institucional” con Estados Unidos pese a las declaraciones del presidente norteamericano.
El Ejecutivo subrayó además que el gasto en defensa ha venido aumentando en los últimos años, de acuerdo con los compromisos asumidos por los socios de la Alianza Atlántica, aunque recordó que la cifra del 5% del PIB exigida por Trump está muy por encima de los estándares acordados. Actualmente, el objetivo común es el 2% del PIB.
“España no acepta imposiciones unilaterales ni chantajes”, señaló un portavoz del Gobierno, que añadió que las decisiones en materia de seguridad y defensa “se toman de manera soberana y en coordinación con nuestros socios europeos y aliados”.
Bruselas se planta frente a amenaza de aranceles de Trump
La Comisión Europea respaldó de inmediato la posición española. Un portavoz comunitario advirtió que “si Estados Unidos adoptara medidas arancelarias contra España o cualquier otro Estado miembro, la Unión Europea respondería de manera conjunta y proporcionada”. Bruselas recordó que el comercio exterior es una competencia exclusiva de la UE, por lo que ningún país puede ser objeto de represalias individuales sin que todo el bloque actúe en defensa común.
El respaldo europeo llega en un momento de creciente tensión transatlántica. Las exigencias de Trump sobre el gasto militar han generado malestar en varias capitales europeas, especialmente después de que el mandatario calificara a algunos socios de la OTAN como “beneficiarios pasivos” de la protección estadounidense.
La OTAN, entre elogios y tensiones
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, trató de calmar los ánimos elogiando la “determinación” de Trump para fortalecer el gasto en defensa. Por otro lado, evitó apoyar su amenaza de sancionar o expulsar a miembros de la Alianza. “España es un aliado valioso y comprometido”, afirmó Stoltenberg, quien recordó que el país ha participado activamente en misiones internacionales y ha contribuido de forma significativa a la seguridad colectiva.
Entre la soberanía y la alianza
El cruce de declaraciones deja en evidencia la compleja relación entre Madrid y Washington. Socios estratégicos en defensa y seguridad, pero con una visión diferente sobre cómo debe repartirse el esfuerzo militar dentro de la OTAN. Mientras Trump busca imponer una política de “costos compartidos” bajo su propia interpretación, España y la Unión Europea defienden un enfoque coordinado y basado en el consenso.
“España no es un protectorado ni una sucursal de nadie”, insistió una fuente gubernamental. La frase resume el sentir de Moncloa y de buena parte de la opinión pública española ante la última ofensiva verbal de la Casa Blanca. La alianza con Estados Unidos es importante, pero la soberanía nacional y la dignidad europea no están en venta.