Bacterias heterótrofas fueron sometidas a estar sin alimento por 1.000 días

Estudios realizados por investigadores de Estados Unidos, arrojaron que, las bacterias pueden llegar a extender su vida microbiana a una duración de más de 100 años; aun siendo sometidas a las mínimas condiciones colocadas por los autores a las distintas taxonomías de bacterias presentes en el experimento.

Se conoce que las bacterias tienen la facultad de poder reproducirse en cuestión de unos minutos u horas; por lo que una extensión a la esperanza de vida en estos organismos microscópicos puede prever un largo tiempo de duración; manteniéndose por cientos o incluso miles de años.

La disminución en la tasa de mortalidad constituyó la base de las observaciones obtenidas en el experimento; más lograron mostrar que estas condiciones dieron origen a mutaciones fundamentales para su posterior cambio evolutivo.

Los descubrimientos revelados por la investigación impulsan a dar un poco de claridad a la longevidad de las células existentes en los ecosistemas y que afectan a la diversidad biológica hallada en ambientes con condiciones extremas que, poseen grandes terrenos en el planeta Tierra. 

¿Las bacterias son microrganismos considerados buenos o malos?

Las bacterias pueden definirse como microorganismos unicelulares que pueden soportar extremas condiciones ambientales de temperatura y presión; siendo considerados imprescindibles para la vida en el planeta; ya que forman parte de todos los ecosistemas de la Tierra.

De hecho, el cuerpo humano también está conformado por bacterias, se valora que la cantidad de las mismas supera a las de las células humanas. En este punto es importante aclarar que, la mayoría de estos microrganismos presentes en la estructura de nuestro organismo no generan acciones perjudiciales.

Un menor número de especies bacterianas son las señaladas como causa de alteraciones y dolencias en el cuerpo. Además, algunas se consideran provechosas; por lo que dejan en claro lo vitales que son.

Las bacterias patógenas, son aquellas que pueden generar daño y son las causantes de enfermedades. Sin embargo, las que son beneficiosas son imprescindibles en algunos procesos como las que se encuentran en el sistema digestivo; específicamente en el intestino, para que pueda funcionar de manera correcta.

Cambios observados durante el tiempo del estudio bacteriano

Estos microorganismos sobreviven habitualmente en ecosistemas de poca energía; por lo cual la reproducción de las células y la preservación de las mismas se encuentran en factores y condiciones muy limitados.

Hallando las razones por las cuales estos individuos logran su funcionamiento, aún en condiciones que podrían considerarse desfavorables, se sometieron a 1.000 días en un sistema un cerrado un total de 21 taxones bacterianos en cualidad heterótrofa; es decir, incapaz de producir su propio alimento, sino que logra nutrirse de la materia orgánica de otros seres vivos, ya sea animal o vegetal.

Solo uno fue la excepción, mientras que todos los demás taxones lograron sobrevivir con fuentes de recursos insuficientes de manera continua a lo largo del tiempo en exposición. Se comprueba entonces los informes presentados de bacterias con una longevidad mayor de ambientes antiguos.

Además revelaron una gran cantidad de mutaciones, tomando solo lo genéticamente necesario y adaptándose a la estructura molecular que le impida morir. Todo esto da a conocer la existencia de mecanismos presentes en los microrganismos para no perecer, por el contrario ir evolucionando.

La longevidad de las bacterias se prolonga aún en ambientes extremos

La rápida reproducción de las bacterias y sus cualidades de supervivencia en variedades de ambientes, hacen que sean halladas en abundancia y en distintas especies en cualquier parte del planeta.

Si se encuentran en ambientes con grandes recursos de energía, persisten más fácilmente; pero también son organismos más flexibles, puesto que mantienen una distribución de la energía en ambientes escasos. Cuando los recursos energéticos son casi nulos, logran obtener la cualidad de presentar propiedades de un sistema cerrado.

La vida útil de las bacterias se extendió por medio de las células muertas, durante los 1.000 días propuestos y el seguimiento de estas casi 100 poblaciones, integradas en una gran variedad bacterias quimioorganoheterotróficas, resultó productivo para los nuevos conocimientos obtenidos por los investigadores.

La publicación de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences mostró las distintas fases del experimento con sus respectivas conclusiones; donde la necromasa, materia vegetal muerta en conjunto, jugó un papel importante en la dinámica y evolución del experimento.

Finalmente, alrededor de 100 años es lo que se estima podrían sobrevivir los microbios en ambientes con un sistema cerrado y otros estudios estadísticos calculan un periodo aún mayor de persistencia de 100.000 años aproximadamente.

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