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Aranceles de Trump impactan en China. Durante el mes de abril, la actividad en las fábricas chinas experimentó una caída significativa, reflejo de las tensiones económicas que aún persisten entre China y Estados Unidos.
Uno de los factores clave que explican este retroceso es el impacto acumulado de los aranceles impuestos durante la administración del expresidente estadounidense Donald Trump. Sus medidas proteccionistas siguen generando efectos adversos sobre la industria manufacturera del gigante asiático. La situación fue abordada recientemente por el vicepresidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (CNDR), Zhao Chenxin, quien reconoció en una conferencia de prensa que el entorno internacional sigue siendo complejo y desafiante para la economía china.
Aranceles de Trump impactan sobre la manufactura china
Zhao Chenxin afirmó que los factores externos han limitado el desempeño industrial en sectores clave, y que el debilitamiento de la demanda global también está frenando el crecimiento de las exportaciones chinas.
Las fábricas, especialmente aquellas orientadas a la producción de bienes tecnológicos y maquinaria pesada, han sufrido interrupciones en sus cadenas de suministro y una disminución de pedidos internacionales.
Aunque Pekín ha intentado implementar políticas de estímulo para sostener la actividad económica, Zhao subrayó que los aranceles estadounidenses siguen afectando la competitividad de muchas empresas chinas en el mercado internacional.
Según datos oficiales, los índices de producción industrial han mostrado signos de desaceleración respecto al primer trimestre del año. Algunas regiones industriales clave del este y sur del país registraron niveles de actividad por debajo de lo esperado. Esto preocupa a las autoridades y a los mercados globales. La situación también ha generado incertidumbre entre los trabajadores, que enfrentan posibles recortes de empleo o suspensión temporal de actividades.
La respuesta del gobierno chino
En su intervención, Zhao aseguró que el gobierno está trabajando en nuevas medidas para apoyar la recuperación del sector manufacturero. Estas incluyen estímulos fiscales, inversiones en infraestructura tecnológica y el fortalecimiento del consumo interno. No obstante, reconoció que será necesario diversificar los mercados de exportación y reducir la dependencia de Estados Unidos. También hizo un llamado a la estabilidad y la cooperación internacional, sugiriendo que la economía global no puede permitirse más barreras comerciales.
Este escenario evidencia cómo las decisiones políticas tomadas años atrás pueden seguir teniendo consecuencias de largo alcance. La industria china, motor clave de su economía, enfrenta ahora el reto de adaptarse a un nuevo orden económico mundial más incierto y menos dependiente de las viejas reglas del comercio global.