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Basílica Santa María Maggiore: el Papa ya está enterrado en una austera tumba en esta representativa Basílica de la ciudad de Roma.
Entre las innumerables maravillas que guarda la ciudad eterna, la Basílica de Santa Maria Maggiore ocupa un lugar especial. Situada en la cima del Esquilino, una de las siete colinas históricas de la ciudad, esta basílica es una de las cuatro basílicas mayores de Roma y la única que ha conservado su estructura paleocristiana original a lo largo de los siglos.
Basílica Santa María Maggiore, centro de devoción mariana
Su origen se remonta al siglo IV, cuando, según la tradición, la Virgen María se apareció en sueños al papa Liberio, pidiéndole que construyera un templo en el lugar donde al día siguiente encontraría nieve, a pesar de ser pleno agosto. Al amanecer del 5 de agosto del año 358, un manto de nieve cubría el Esquilino. Interpretando esto como una señal divina, el papa inició la construcción de la basílica, conocida por mucho tiempo como «Santa Maria della Neve» (Santa María de las Nieves).
La basílica actual fue en gran parte edificada bajo el pontificado de Sixto III (432-440), después del Concilio de Éfeso que proclamó a María como Madre de Dios. Desde entonces, Santa Maria Maggiore ha sido un centro de devoción mariana y una de las iglesias más veneradas de la cristiandad.
El interior de la basílica impresiona por su majestuosidad y riqueza artística. Su nave central está flanqueada por 36 columnas de mármol y granito que conducen la mirada hacia el espléndido artesonado dorado del techo, un regalo del siglo XV financiado con el primer oro traído de América por los Reyes Católicos. Las obras de arte que decoran el recinto son verdaderos tesoros: destacan los mosaicos del siglo V que narran episodios del Antiguo Testamento y la infancia de Cristo, considerados de los más importantes de la antigüedad cristiana.
En el siglo XIII, el arquitecto Arnolfo di Cambio diseñó el espléndido baldaquino de mármol sobre el altar mayor, bajo el cual se conservan reliquias de gran valor, como el relicario que contiene fragmentos de la cuna de Jesús, motivo por el cual también se conoce a esta basílica como la «Iglesia de la Natividad de Roma».
La Basílica favorita del Papa Francisco
Santa Maria Maggiore ha sido testigo de grandes acontecimientos a lo largo de su historia. Aquí han orado papas, santos y fieles anónimos, y sigue siendo uno de los lugares favoritos para las celebraciones marianas más importantes. El Papa Francisco, gran devoto de la Virgen, visitaba esta basílica antes y después de cada viaje apostólico, depositando un ramo de flores en el altar de la Virgen «Salus Populi Romani», el ícono bizantino más venerado de la ciudad.
El sábado 26 de abril de 2025 el Papa Francisco fue enterrado en la Basílica de Santa María Maggiore, su iglesia favorita en Roma. Desde el inicio de su pontificado, Francisco mostró un profundo amor por esta basílica. Fiel a su estilo de vida sencillo, su tumba fue dispuesta de manera austera en este lugar sagrado que tanto significado tuvo para él, sellando así su último gesto de devoción a la Virgen María.

La tumba del Papa Francisco en la Basílica de Santa Maria Maggiore refleja la sencillez que marcó toda su vida y pontificado. Ubicada en una capilla lateral del templo, cerca del venerado ícono de la Virgen «Salus Populi Romani», su sepulcro es sobrio, sin ostentaciones ni monumentos grandilocuentes. Una losa de mármol claro, apenas decorada con su nombre, señala el lugar de descanso final de quien siempre quiso ser recordado como “un servidor de la Iglesia y de los pobres”. Desde mañana, la tumba podrá ser visitada por fieles de todo el mundo que deseen rendirle homenaje.
Hoy, la Basílica de Santa Maria Maggiore acoge los restos del querido Papa Francisco. Pero además seguirá recibiendo a miles de peregrinos y visitantes que no sólo admiran su imponente belleza artística, sino que también encuentran en ella un espacio de fe, historia y tradición viva en el corazón de Roma.