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Vuelta Ciclista a España 2025: este miércoles se vivió un episodio sin precedentes, la undécima etapa, que debía finalizar en Bilbao, concluyó de manera abrupta tres kilómetros antes de la meta oficial. La organización decidió suspender el final en la capital vizcaína por motivos de seguridad, tras las protestas contra la participación del equipo Israel-Premier Tech en la competición.
Jonas Vingegaard y Thomas Pidcock rodaban en cabeza, preparados para disputarse la victoria, cuando los comisarios optaron por detener la carrera de forma anticipada. El resultado: no habrá vencedor de etapa ni registro oficial para los libros de historia.
Bilbao, epicentro de las manifestaciones
La ciudad de Bilbao fue escenario de protestas multitudinarias convocadas por colectivos sociales y políticos en rechazo a la presencia del equipo israelí y como muestra de solidaridad con la población palestina en Gaza. Las manifestaciones generaron preocupación en la dirección de carrera, que temía incidentes en la línea de meta debido a la alta concentración de personas en la zona.
Aunque la jornada transcurrió sin altercados graves durante el recorrido, la tensión en los últimos kilómetros obligó a replantear el desenlace de la etapa. La decisión, según los organizadores, se tomó para “proteger la integridad de corredores, aficionados y personal de la carrera”.
Consecuencias deportivas
La medida deja sin ganador a la etapa 11, algo inusual en una gran vuelta ciclista. Los puntos de la montaña y del sprint intermedio sí se contabilizaron, pero no habrá impacto en la clasificación por puntos ni en la lista de vencedores de etapa.
Jonas Vingegaard, que lideraba la escapada junto a Pidcock, se mostró contrariado al término de la jornada: “Estábamos preparados para luchar por la victoria, pero entiendo la decisión si la seguridad estaba en riesgo”.
Por su parte, el británico Thomas Pidcock lamentó que “la política se imponga al deporte”, aunque reconoció que el ciclismo no es ajeno al contexto internacional.
El líder de la clasificación general mantiene su posición y la organización confirmó que la carrera continuará con normalidad a partir de la etapa 12.
El trasfondo político
La participación del Israel-Premier Tech en la Vuelta ha sido cuestionada desde el inicio de la edición 2025. Diversos colectivos han criticado la presencia del equipo en medio de la guerra en Gaza y han utilizado la competición como plataforma para visibilizar su rechazo.
Este tipo de protestas no es nuevo en el deporte internacional. Eventos de gran repercusión suelen convertirse en escenario de reivindicaciones sociales y políticas, aunque rara vez obligan a cancelar o modificar el desarrollo de una competición de este nivel.
La historia de la Vuelta y un episodio singular
Desde su primera edición en 1935, la Vuelta Ciclista a España ha enfrentado interrupciones y cambios de recorrido debido a motivos logísticos, climáticos o incluso políticos, especialmente durante la posguerra. Sin embargo, que una etapa concluya sin vencedor por protestas en la meta es un hecho prácticamente inédito en su larga historia.
La Vuelta ha sobrevivido a crisis económicas, boicots de equipos e incluso a la sombra del dopaje en el ciclismo internacional. Pero pocas veces una reivindicación social había tenido un impacto tan directo en la competición.
Lo que viene
La atención ahora se centra en cómo se desarrollarán las próximas etapas y en si la tensión política volverá a influir en el transcurso de la carrera. La dirección de la Vuelta insistió en que se tomarán medidas adicionales para garantizar la seguridad, especialmente en las llegadas más concurridas.
Mientras tanto, la etapa 11 quedará en la memoria como una jornada marcada no por un sprint o un ataque en la montaña, sino por la intersección entre deporte y política. La ausencia de un ganador en Bilbao será recordada como símbolo de un contexto que trascendió los límites de la carretera.