Planes imprescindibles para disfrutar del verano en Asturias

Asturias es sinónimo de naturaleza, mar, montaña y buena gastronomía. Cuando llega el verano, esta comunidad del norte de España se convierte en un auténtico paraíso para quienes buscan disfrutar del aire libre, descubrir paisajes impresionantes y vivir experiencias únicas. Desde actividades acuáticas en ríos y playas hasta rutas por sus frondosos bosques y pueblos con encanto, el Principado ofrece un sinfín de posibilidades para unas vacaciones inolvidables.

Aventuras entre ríos y montañas

El verano asturiano es ideal para lanzarse a la aventura. Uno de los planes más conocidos y emocionantes que se pueden realizar es el descenso del Sella, una actividad que cada año atrae a miles de visitantes. Se trata de recorrer en canoa una parte del río Sella, entre Arriondas y Ribadesella, disfrutando del entorno natural que lo rodea. No hace falta tener experiencia previa ni una gran condición física, solo ganas de pasarlo bien y dejarse llevar por la corriente. Además, muchas empresas ofrecen todo lo necesario: neopreno, remos, picnic, transporte de vuelta y hasta duchas al finalizar.

Pero el Sella no es el único río donde vivir emociones. Los Picos de Europa, que en verano lucen verdes y radiantes, son un escenario perfecto para practicar senderismo, barranquismo o escalada. Rutas como la del Cares, que une Caín y Poncebos, son muy populares y permiten contemplar paisajes espectaculares mientras se camina por un desfiladero entre montañas.

Mar y adrenalina en la costa asturiana

Para quienes prefieren el mar, Asturias también es una opción inmejorable. Su costa escarpada y salpicada de playas salvajes ofrece muchas oportunidades para el turismo activo. Desde surfear en Salinas o Tapia de Casariego hasta iniciarse en el paddle surf en playas más tranquilas como la de San Lorenzo en Gijón.

Uno de los planes más recomendables para los amantes de la velocidad y el mar son las rutas en motos de agua por Ribadesella. Esta experiencia combina la emoción de pilotar a toda velocidad con la belleza de la costa asturiana. Las excursiones suelen permitir disfrutar de acantilados, cuevas marinas y calas inaccesibles a pie, todo con la brisa del Cantábrico como compañera de viaje. Es una forma distinta y muy divertida de explorar el litoral, ideal para parejas o grupos de amigos.

Otra opción refrescante es el snorkel o buceo en zonas como la playa del Silencio o la de La Franca, donde las aguas cristalinas permiten observar la riqueza marina que esconde este litoral tan poco masificado.

Rutas con encanto y pueblos con alma

Más allá del turismo de aventura, Asturias invita a recorrerla sin prisas. Sus pueblos, muchos de ellos declarados conjuntos históricos, conservan la esencia de la tradición asturiana. Cudillero, con sus casas de colores encaramadas sobre el acantilado, o Lastres, con vistas impresionantes al mar, son paradas obligatorias para los amantes de la fotografía y la buena mesa.

En el interior, Taramundi y sus aldeas cercanas ofrecen una inmersión en el mundo rural: museos etnográficos, rutas de molinos y una deliciosa gastronomía basada en quesos, embutidos y sidra casera. También merece la pena visitar la zona de los Oscos, un destino menos conocido pero que sorprende por su autenticidad y belleza.

Además, el verano es época de fiestas populares. Desde la Semana Grande de Gijón hasta el Festival de la Sidra en Nava, pasando por celebraciones locales en pequeños pueblos, es fácil coincidir con alguna romería o verbena tradicional donde disfrutar de la cultura asturiana en estado puro.

Naturaleza en estado puro

El Parque Natural de Somiedo, declarado Reserva de la Biosfera, es una joya para los amantes del senderismo y la fauna salvaje. En verano, los caminos están despejados y permiten descubrir lagos glaciares, como el de Saliencia, o incluso divisar osos pardos en libertad si se tiene algo de suerte (y unos buenos prismáticos).

Otra zona que destaca por su belleza es la del Parque Natural de Redes. Ideal para quienes buscan rutas menos transitadas, aquí se pueden recorrer bosques de hayedos, cascadas y valles silenciosos que invitan a desconectar por completo del mundo.

Y si lo que se busca es una actividad más tranquila pero igualmente especial, las visitas a los lagos de Covadonga nunca decepcionan. Eso sí, conviene madrugar o planificar la visita con antelación, ya que en verano el acceso está regulado para preservar el entorno.

Un verano inolvidable

Asturias tiene la capacidad de adaptarse a cualquier tipo de viajero. Ya sea que busques un chute de adrenalina, relax entre montañas o conocer tradiciones en pueblos encantadores, este rincón verde del norte tiene algo preparado para ti.

Y si después de recorrer rutas y playas aún te quedan energías, puedes repetir la experiencia del río con otra perspectiva, disfrutando de la bajada del Sella como broche final a tus vacaciones. No importa cuántas veces lo hagas: el paisaje, la emoción y el buen ambiente hacen que siempre se viva como la primera.

En definitiva, el verano en Asturias no se limita al sol y la playa. Aquí se trata de sentir, explorar y conectar con una tierra que lo da todo sin pedir nada a cambio. ¿Te animas a descubrirla?

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