Mariposas de algodoncillo muestran un comportamiento inusual para atraer a sus parejas sexuales

En la actualidad, existen mariposas que desean incrementar su grado de toxicidad y así resultar más atractivas para las hembras, por lo que han adoptado una práctica caníbal; devoran a orugas de su misma especie. Un grupo internacional de investigadores logró tomar registro por primera vez de mariposas conocidas comúnmente como mariposas de algodoncillo realizando este acto.

Los animales poseen diversas estrategias para cortejar, aumentando el poder de atraer a una pareja y finalmente copular. Algunos se muestran más deseables al demostrar su fortaleza, otros logran esta meta exponiendo sus habilidades o manifestando su belleza y grandeza, como el despliegue del plumaje colorido que presenta el pavo real azul; una extensión en forma de abanico.

No obstante, la evolución de algunas especies da a conocer comportamientos desconcertantes y totalmente extraños en su modo de vivir. El canibalismo, es una de estas conductas y se presentó en mariposas del género Danaus a lo largo de su etapa de apareamiento; la publicación hecha por la revista The Scientific Naturalist, detalla que las orugas son las víctimas durante el cortejo.

La estrategia de cortejo manifestada por estas mariposas consiste en comerse a las orugas vivas y muertas, aquellas crías de su misma especie, el desenlace de este suceso es que sus niveles de feromonas sean más elevados.

Las orugas son una fuente de toxicidad para las mariposas de algodoncillo

Las orugas representan la etapa larvaria de las mariposas y las polillas, las características típicas que poseen, son una forma cilíndrica y una textura blanda; algunas tienen colores vistosos, como una manera de advertencia a su toxicidad o de un sabor desagradable. Sin embargo, otras son de colores crípticos para así poder escapar de los depredadores, pasando inadvertidos para sus sentidos.

Estas orugas contienen mecanismos de defensa, alimentarse de plantas tóxicas es una de ellas; pues al consumirlas retienen y absorben algunas sustancias químicas que sirven en su autodefensa. Todo esto, con el fin de resultar nocivos y desagradables tanto del gusto como del olfato para aquellos depredadores del área, como las aves.

Además, estas toxinas se manifiestan en las orugas como colores brillantes muy vistosos, su intensidad es una clara señal y advertencia de toxicidad. Este aspecto puede ser amenazador o un aviso de no comestible, a menudo logran mediante la apariencia desalentar o repeler a los depredadores.

El proceso de canibalismo observado por los investigadores

Los científicos a cargo de la investigación indican que, las mariposas de algodoncillo tienen un procedimiento para atacar a las orugas. Acosar, someter y alimentarse son el orden de las acciones que cometen estas mariposas en orugas vivas, muertas y hasta moribundas de su propia especie.

El propósito de este evento es incrementar sus niveles de toxicidad y generar una mayor producción de feromonas; dando mejores posibilidades de provocar un comportamiento de apareamiento y facilitando la procreación de su descendencia al convertirse más atractivas para las hembras; sus posibles parejas sexuales.

Los productos químicos contribuyen a que las mariposas macho produzcan feromonas de apareamiento, sacando provecho de esto, las mismas buscan complementar sus hábitos alimenticios adicionado fuentes de estas sustancias químicas. Las hojas de las plantas son un objetivo de estos animales; raspando las mismas adquieren las dosis de toxinas que necesitan.

Como complemento las mariposas obtienen aquellas sustancias químicas que adquirían siendo orugas, dañando las hojas a través de sus afiladas garras tarsales; luego haciendo uso de sus lenguas largas y también rizadas, proceden a absorber los jugos que se desprenden.

Ahora en los bosques ubicados en el norte de Sulawesi, Indonesia, se ha desarrollado una especie de gusto de orugas por parte de las mariposas de algodoncillo. En la búsqueda de más fuentes de toxinas y emplearlas en su estrategia de cortejo consumen orugas vivas; este hecho es documentado por primera vez por los investigadores.

La evolución como parte del comportamiento inusual de algunos animales

“La oruga es en esencia un saco de hojas maceradas, estas mismas hojas comprenden las poderosas sustancias químicas que resultan tan atrayentes para las mariposas de algodoncillo”; señaló Yi-Kai Tea, uno de los autores del estudio.

Los ejemplares del género Danaus fueron observados por primera vez realizando este inusual comportamiento en el año 2019 en Célebes, una isla de Indonesia. En el proceso el grupo de investigadores visualizaron a varios machos adultos raspar hojas y orugas tanto vivas como muertas para obtener sus jugos.

El comportamiento ya mencionado, no se ajusta de manera clara en las modalidades tradicionales de depredación, ni parasitismo o mutualismo; por tanto, logra suponer un novedoso reto como parte de la teoría evolutiva.  A este robo de sustancias químicas para su consumo, se denominó como cleptofarmacofagia, informó Tea.

Finalmente, el equipo de investigadores pretende continuar con sus averiguaciones y así resolver algunas interrogantes con respecto a los compuestos exactos de interés de estas mariposas, el dominio de estos en la producción de feromonas y si este comportamiento se presenta en otras partes del planeta.

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