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La luna Ío es la más volcánica de las lunas presentes en el sistema solar, pero sus características únicas van mucho más allá. Luego de culminar 49 órbitas alrededor de Júpiter, la nave Juno ha capturado imágenes magistrales de este satélite galileano.
Periódicamente, la misión New Frontiers está mandando resultados interesantes a la comunidad científica. Ahora mediante la sonda Juno, tenemos mayores detalles sobre la superficie de la luna Ío. Y la captación de fotos sobre esta luna gigante tendrá más repeticiones a futuro.
Detalles sobre las nuevas imágenes de la luna Ío
El pasado miércoles 1 de marzo, la sonda Juno de la NASA, logró acercarse a la luna Ío; cuando alcanzó 51.500 km de distancia, capturó las mejores imágenes que se tienen de esta luna gigante. Las últimas imágenes de Ío habían sido captadas por la misión New Horizons en 2006, cuando la nave fotografió el sistema joviano en su camino a la órbita de Plutón.
Como Juno ya le ha dado 49 vueltas a la órbita de Júpiter, ahora esta sonda espacial se dispone a estudiar las lunas galileanas. Empezando por las fotografías a Ío, que desde la distancia a la que fueron tomadas, nos muestran una superficie manchada de colores cálidos.
Si la luna Ío tiene tal aspecto en su superficie se debe a su naturaleza volcánica. Este satélite cuenta con cientos de calderas y respiraderos producto de la actividad volcánica bajo su superficie, además de ríos de lava con más de 100 km de longitud. Así las columnas volcánicas y flujos de lava aportan una variedad de colores que se extienden desde rojo y amarillo hasta anaranjado y negro.
Para el 16 de mayo del presente año se espera el próximo encuentro entre el satélite joviano y la nave Juno, pero ahora con una distancia de separación de 35.000 km. Y para 2024 se espera que en febrero la nave se acerque aún más a Ío, con una distancia de 1.500 km, lo que dará mejores resultados para las imágenes.
Pequeñas diferencias con relación a las imágenes anteriores
El investigador Jason Perry, experto que ha trabajado con los equipos de observación de las misiones Cassini, Galileo y HiRISE, asegura que las nuevas imágenes contienen ciertas diferencias con las anteriores captadas por la misión New Horizons.
Perry señala que: “Los cambios en la superficie son pequeños, pero hay 2 especialmente interesantes. Primero tenemos la formación de un pequeño flujo desde el extremo este de East Girru. Dicha formación es un punto de acceso volcánico, captado originalmente por New Horizons en un mini estallido. Esta formación aún sigue activa según el JIRAM“.
El JIRAM de la nave Juno (Jovian InfraRed Auroral Mapper) es una herramienta dual muy avanzada. Es un sistema que consta de un generador de imágenes y un espectrómetro que se complementan dentro del mismo telescopio de la nave.
La segunda diferencia está en el cráter volcánico Chors Patera, que ahora se aprecia mucho más rojizo que en las imágenes anteriores. “Una coloración tan intensa que viene dada por la presencia del azufre de cadena corta (S3-S4). Este elemento se renueva periódicamente gracias al vulcanismo activo a temperaturas muy elevadas“.
Para tomar las nuevas fotografías de la luna Ío, la nave utilizó la JunoCam; que es una cámara de alta resolución. Pero esta no forma parte de la carga científica principal de la sonda, sino que es más un accesorio complementario. De igual forma, con resultados tan buenos en la calidad de imagen, brinda un gran aporte para la ciencia y el estudio del entorno joviano.
Nota: “Las observaciones originales de JunoCAM se reproyectaron a una proyección de mapa en perspectiva puntual y se ampliaron 10x para mejorar la visibilidad de las características de la superficie. La resolución original de estas imágenes varió de 43 kilómetros (26 millas) a 34 kilómetros (21 millas) por píxel”.