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Comprar en un supermercado ya no es una simple transacción. Hoy, es toda una experiencia que hay que saber controlar y optimizar.
Es importante para el empresario reconocer que cualquier espacio disponible de su local es un lugar que potencialmente puede ser utilizado para aumentar las ventas. Ya sean los pasillos, los lineales o los rincones del punto de venta, todos tienen el potencial necesario para conectar con las personas, despertar emociones y dejar una huella duradera. Si bien es fácil de olvidar por el gran público, las grandes superficies son lugares donde se pasa mucho tiempo durante la semana. Entre productos y ofertas, las marcas tienen una oportunidad única para contar historias que ofrezcan valor y consigan venderse más.
Cabe suponer, por tanto, que las exhibiciones creativas supermercados tienen el potencial adecuado para transformarse en una de las herramientas más poderosas del marketing en el sector del retail.
Y es que, más allá de destacar un producto, se le puede dar vida y dejar una huella perdurable en el consumidor. Sí, los expertos son capaces de convertir una simple botella de vino, un paquete de arroz o una tableta de chocolate en una pequeña experiencia visual, táctil o emocional que atrape la atención del cliente.
Porque sí: todos recordamos aquella vez que una exposición distinta nos hizo parar, mirar… y comprar.
De lo visual a lo sensorial, cuando las decisiones se toman en segundos
En estos espacios de compra venta de productos esenciales, todo se encuentra en un estado de dura competición para captar la atención de los clientes. Por lo tanto y, como cabe suponer, tener presencia no basta: hay que tener relevancia.
Por lo tanto, se hace necesaria una exhibición creativa que destaque por su estética y por su capacidad de influir en la decisión de compra en cuestión de segundos. El comprador no suele actuar siempre de forma racional; en la mayoría de las ocasiones, es el impulso el que termina decidiendo la compra. Y es en ese breve instante donde una exhibición bien pensada puede marcar la diferencia.
Piénsalo así: cuando un cliente camina por los pasillos de un supermercado, su atención es limitada. Tiene en mente una lista, un presupuesto, un tiempo. Pero si algo lo sorprende, una presentación original, una estructura llamativa, un mensaje bien colocado, su atención se desvía. Y si esa distracción le habla en el tono adecuado, le transmite confianza o despierta una emoción, la compra es casi inevitable.
La clave de las exhibiciones creativas son vender más, y vender mejor. Y lo hacen, además, generando una experiencia positiva para el consumidor.
Conocer el proceso detrás del impacto (Pensar, diseñar, ejecutar)
Por supuesto, crear una buena exhibición no es algo improvisado. Detrás de esas estructuras que vemos en los puntos de venta hay muchas horas de trabajo, estrategia, diseño y conocimiento del shopper. No basta con que algo se vea bien: tiene que ser funcional, adaptarse al espacio disponible, cumplir normativas, resistir el uso diario y facilitar el reabastecimiento.
Además, cada punto de venta es distinto. Lo que funciona en una gran superficie puede no tener el mismo efecto en una tienda de proximidad. Hay que conocer el comportamiento del consumidor, entender dónde se detiene más, cómo recorre el espacio y qué elementos visuales lo estimulan. Por eso, muchas marcas confían en especialistas que conocen al detalle la realidad del retail y saben cómo materializar ideas creativas en soluciones reales, medibles y rentables.
Grupo Prom, una empresa creativa con los pies en la tierra
En este terreno, hay empresas que marcan la diferencia. Una de ellas es Grupo Prom, un verdadero referente en el diseño y ejecución de soluciones visuales para el punto de venta. Lo que los distingue es tanto su experiencia, que la tienen, y mucha, como su capacidad para convertir una necesidad comercial en una solución creativa que funciona en tienda.
Grupo Prom acompaña a sus clientes desde el primer boceto hasta la instalación final. No se limitan a ejecutar un encargo: escuchan, proponen y trabajan codo a codo con marcas y cadenas de distribución para dar con la mejor forma de impactar al consumidor. Saben que no hay dos briefings iguales, y que cada marca necesita contar su historia de forma diferente.
Su equipo multidisciplinar combina lo mejor del diseño, la ingeniería, la producción y la logística para crear exhibiciones que cumplen tres requisitos fundamentales: captar la atención, generar ventas y facilitar la operación en tienda. Todo ello sin perder de vista el presupuesto, los tiempos ni las exigencias del punto de venta. En resumen: creatividad con los pies en la tierra.
Experiencias que dejan huella y aumentan ventas
En un mundo saturado de estímulos, las marcas que logran conectar son aquellas que entienden que el cliente quiere más que un buen producto: quiere una experiencia. Las exhibiciones creativas cumplen justamente ese rol: transformar una compra rutinaria en un pequeño momento de descubrimiento. Una pausa. Una conexión.
Y si esa conexión viene acompañada de una decisión de compra, mejor aún. Porque lo que está en juego no es solo vender más en el corto plazo, sino generar una percepción de marca positiva que acompañe al cliente más allá del punto de venta.
En este sentido, contar con un socio como Grupo Prom no es un lujo, sino una inversión inteligente. Una inversión que se traduce en visibilidad, diferenciación y, sobre todo, resultados tangibles. Porque cuando se hace bien, una simple exhibición puede convertirse en el primer capítulo de una historia de fidelidad entre la marca y su consumidor.