EEUU anuncia fin del TPS para hondureños y nicaragüenses: incertidumbre para miles de familias

EEUU anuncia fin del TPS para hondureños y nicaragüenses: incertidumbre para miles de familias. El Gobierno de Donald Trump anunció oficialmente el fin del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) para ciudadanos de Honduras y Nicaragua. Una medida que afectará directamente a más de 70.000 hondureños y más de 4.000 nicaragüenses que residen en el país amparados por esta protección humanitaria. El anuncio representa un nuevo paso de la política migratoria de la administración de Donald Trump. EEUU ha venido eliminando este tipo de amparos para diversas nacionalidades, argumentando que ya no existen las condiciones extraordinarias que los justificaban.

¿Qué es el TPS y a quién protege?

El TPS es una medida creada en 1990 por el Congreso de Estados Unidos para brindar protección temporal a ciudadanos de países que enfrentan guerras, desastres naturales, epidemias o condiciones excepcionales que les impiden regresar de forma segura. Esta protección permite a los beneficiarios vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos, pero no les otorga un camino directo a la residencia permanente ni a la ciudadanía.

En el caso de Honduras y Nicaragua, el TPS fue otorgado en 1999 tras el paso del huracán Mitch, una de las peores catástrofes naturales en la historia de Centroamérica.

Desde entonces, los beneficiarios han renovado periódicamente su estatus y se han establecido en Estados Unidos, en muchos casos formando familias, comprando propiedades y creando negocios.

EEUU anuncia fin del TPS: argumentos

La administración de Trump ha decidido poner fin a estas protecciones con el argumento de que las condiciones que motivaron su implementación han cambiado. Según el Gobierno, ya no existen desastres ni conflictos que justifiquen mantener un estatus temporal que, a su juicio, se ha extendido por demasiado tiempo. Varios funcionarios han señalado que el TPS se diseñó para ser una medida excepcional y breve y que permitir que se prolongue por décadas va en contra del espíritu de la ley.

El fin del TPS se inscribe en una política más amplia orientada a reducir la inmigración y aumentar los controles. El gobierno pone énfasis en deportaciones, restricciones al asilo y eliminación de programas que, como este, permiten a extranjeros permanecer legalmente en el país sin ser residentes permanentes.

Una medida con alto costo humano

EEUU anuncia fin del TPS argumentando que esto responde a criterios legales y de seguridad, pero miles de familias centroamericanas enfrentan un futuro incierto. Muchos de los beneficiarios han pasado más de 20 años en Estados Unidos, han tenido hijos ciudadanos estadounidenses y están profundamente integrados en la sociedad. Para ellos, regresar a países con altos niveles de pobreza, violencia e inestabilidad institucional puede representar un riesgo real.

Organizaciones de derechos humanos y grupos de defensa de los inmigrantes han expresado su preocupación por el impacto de esta medida. Especialmente en las comunidades más vulnerables. Señalan que obligar a decenas de miles de personas a abandonar sus vidas en Estados Unidos o permanecer en la ilegalidad contribuye a la desestabilización social y a la separación familiar.

El debate político: ¿temporal o permanente?

Tanto gobiernos republicanos como demócratas han utilizado el TPS en el pasado para ofrecer alivio humanitario. Pero algunos sectores, especialmente del Partido Republicano, han criticado la forma en que este programa se administró. Argumentan que lo que debía ser una medida temporal ha terminado por convertirse, de facto, en un permiso de residencia indefinido, sin pasar por el debido proceso legislativo.

Frente a esta situación, legisladores demócratas y algunas organizaciones han pedido al Congreso aprobar una reforma migratoria que permita a los beneficiarios del TPS acceder a una vía de regularización permanente. Mientras tanto, miles de familias centroamericanas en Estados Unidos enfrentan una difícil encrucijada. Deberán abandonar el país que consideran su hogar o resistir en un limbo legal cada vez más precario.

Una nueva etapa de incertidumbre

Con la eliminación del TPS para hondureños y nicaragüenses, el gobierno de Estados Unidos continúa redibujando el mapa de la inmigración legal en el país. Veremos si esta medida desencadenará una respuesta del Congreso o si se traducirá en más años de incertidumbre para quienes llegaron al país buscando protección y hoy enfrentan la posibilidad de ser obligados a partir.

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