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El estudio de la biodiversidad dará un gran giro con el nuevo método de recolección de muestras de ADN desde el aire

La recolección de muestras de ADN por medio del aire es una manera no invasiva de detectar la vida salvaje

Lo que se encontró en las muestras de ADN del equipo británico

Dos equipos de investigadores independientes fueron capaces de hallar muestras de ADN de distintos animales en el aire de dos zoológicos de Europa. Las muestras además evidenciaron la presencia de animales que vivían lejos de esos parques.

La recolección de muestras de ADN por medio del aire es una manera no invasiva de detectar la vida salvaje

Conocer y entender la vida salvaje es lo primero que se debe hacer para poder proteger la biodiversidad del planeta. La revista científica “Current Biology” esta semana publicó un artículo con una novedosa forma de recolección de muestras de ADN ambiental.

Se trata de un nuevo método que puede aportar una valiosa herramienta para controlar la biodiversidad, al permitir que los científicos detecten la presencia de especies animales de manera no invasiva.

Dos investigaciones hechas por dos equipos de científicos diferentes, pudieron confirmar la viabilidad del ensayo; el cual se llevó a cabo en dos zoológicos de Europa. Uno en Hamerton, en Gran Bretaña; y el otro en Copenhague, en Dinamarca. Ciertamente, cada grupo de investigadores usó un sistema un poco distinto para el filtrado del ADN; sin embargo, ambos equipos pudieron detectar la presencia de varias especies dentro del parque y también fuera del zoológico.

Resultados obtenidos por el equipo danés

El equipo de Copenhague recogió muestras del aire por medio de 3 dispositivos: dos ventiladores con filtros incorporados y con una aspiradora corriente con filtro de agua. Estos investigadores recolectaron muestras en 3 áreas: en el jardín, en el establo de los okapis y en un punto de afuera de las instalaciones, ubicado entre varios recintos.

La profesora de la Universidad de Copenhague y también directora del estudio danés, Kristine Bohmann; dijo que los resultados dejaron al equipo asombrado, en solamente 40 muestras pudieron detectar la presencia de 49 especies de anfibios, reptiles, aves y peces.

Bohmann agregó que, en la Casa de la Selva Tropical pudieron detectar también la presencia del perezoso, de la boa y de los gruppys del estanque (un pequeño pez traído de América). Además, el grupo danés tomó muestras en un lugar de la parte de afuera del zoológico donde hallaron a varios de los animales que acceden al parque; por ejemplo, el avestruz, el rinoceronte y el kea (ave perteneciente a la familia de los loros).

Zoológico de Copenhague

Lo que se encontró en las muestras de ADN del equipo británico

Mientras que el equipo británico usó filtros sensibles integrados a bombas de vacío para la recolección de más de 70 muestras de ADN del aire. De igual forma lo hicieron en distintos puntos del zoológico.

La profesora de la Queen Mary University de Londres y de la Universidad de York en Canadá, Elizabeth Clare; explicó que cuando el equipo analizó las muestras, pudieron identificar el ADN de 25 especies, como lémures, tigres o dingos. 17 de esas especies viven en el zoo.

Los investigadores británicos hallaron muestra inclusive en el exterior de edificios cerrados. Los animales se encontraban dentro de los recintos, pero su ADN se escapaba, dijo Clare. Por otro lado, los estudiosos también detectaron especies en libertad de las cercanías del zoológico. Clare explicó que encontraron ADN ambiental de especies que hallaban a cientos de metros del lugar; como ardillas o erizos, sin que disminuyera la concentración de la muestra de manera significativa.

Los organismos vivos van dejando moléculas de ADN suspendidas en los entornos donde interactúan. Últimamente la recolección de material genético ambiental se ha convertido en una herramienta importante en los ecosistemas acuáticos. Aunque los científicos que llevaron a cabo estos estudios, indicaron que su aplicación en el monitoreo de animales terrestres todavía no se encuentra consolidada.

Finalmente, Clare explicó que la naturaleza no invasiva de esta técnica la convierte en un método especialmente valioso para poder observar las especies en peligro de extinción o vulnerables. Al igual a las que están en entornos de difícil acceso, como madrigueras o cuevas. Los animales no tienen que ser vistos para que se sepa que están cerca, si se pueden obtener muestras de su ADN del aire, señaló la profesora.

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