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Trump cancela contratos con Harvard por 100 millones: el Gobierno rompe lazos con la élite académica
El presidente de EEUU contra la prestigiosa Universidad de Harvard
El presidente Donald Trump cancela contratos con Harvard por un total de aproximadamente 100 millones de dólares. La medida, revelada por The New York Times, forma parte de una revisión más amplia de los vínculos financieros entre el Gobierno y las universidades, especialmente aquellas que el mandatario considera alineadas con “valores contrarios al interés nacional”.
Según fuentes oficiales, esta cancelación se suma a recortes anteriores por 2.650 millones de dólares en fondos federales destinados a la institución. Además, la Casa Blanca había anunciado hace casi dos meses que revisaba un total de 9.000 millones de dólares en contratos y subvenciones relacionados con Harvard.
Harvard: historia, prestigio y poder académico en el corazón de Massachusetts
La Universidad de Harvard, ubicada en Cambridge, Massachusetts, es la institución de educación superior más antigua de los Estados Unidos, fundada en 1636. Forma parte de la prestigiosa Ivy League y se destaca por su excelencia académica, su exigente proceso de admisión y su notable influencia en la política, la ciencia, la economía y la cultura. Su campus principal se encuentra a orillas del río Charles, frente a Boston, y alberga más de una docena de escuelas, incluyendo la Facultad de Derecho, la Escuela de Negocios y la Escuela de Medicina. A lo largo de su historia, Harvard ha formado a numerosos presidentes, premios Nobel y líderes mundiales, consolidándose como uno de los centros intelectuales más importantes del planeta.
Trump vs. Harvard: un enfrentamiento ideológico
La decisión presidencial no es puramente administrativa. Harvard ha sido, desde el primer mandato de Trump, uno de los blancos preferidos de sus críticas contra las universidades de élite. Trump acusa a la institución de “adoctrinar estudiantes con ideologías radicales” y de promover una cultura “antiestadounidense” desde la comodidad de sus amplios fondos privados y subsidios públicos.
La actual cancelación de contratos se enmarca en su campaña por reformar el sistema educativo superior. Trump sostiene que los recursos del Estado no deben financiar centros académicos que, según él, “desprecian los valores tradicionales y promueven la censura ideológica contra voces conservadoras”.
Impacto en la investigación y la comunidad universitaria
La decisión impacta directamente en decenas de proyectos de investigación, muchos de ellos en áreas clave como medicina, tecnología, ciencias ambientales y políticas públicas. Profesores y expertos advierten que cortar abruptamente el financiamiento federal afectará no solo a Harvard, sino a las comunidades científicas y académicas del país que dependen de esa colaboración.
Varios rectores y asociaciones universitarias han calificado la medida como una “represalia política” que atenta contra la autonomía académica. Aunque Harvard aún no ha emitido un comunicado oficial extenso, fuentes internas señalan preocupación por el precedente que sienta esta acción.
¿Un castigo ejemplar o un gesto populista?
Para muchos analistas, esta decisión tiene una fuerte carga simbólica. Trump no solo apunta a reducir el gasto público, sino también a enviar un mensaje a otras instituciones consideradas “hostiles” a su agenda. Harvard, como emblema del liberalismo académico, representa un objetivo estratégico para consolidar el discurso de su presidencia.
En el contexto de su segundo mandato, este gesto se interpreta también como una reafirmación de su liderazgo frente a su base electoral, que a menudo ve en las universidades de élite una expresión de privilegios desconectados de la realidad cotidiana del estadounidense promedio.
Tensión creciente entre ciencia y poder político
El conflicto entre la Casa Blanca y Harvard es un capítulo más de una tensión más amplia entre el poder político y el mundo académico. A medida que se profundizan las divisiones ideológicas en el país, el debate sobre el rol de las universidades, su financiamiento y su responsabilidad social se vuelve cada vez más urgente.
Por ahora, Trump parece decidido a redibujar las reglas del juego entre el Estado y las instituciones educativas. Y Harvard, históricamente influyente, se convierte en símbolo —y campo de batalla— de esa nueva era.