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El déjà vu describe la sensación de haber percibido una nueva situación como si fuese un recuerdo de algo antes vivido. Este fenómeno se debe a un fallo en la manera en la que el cerebro procesa y aloja la memoria y puede ocurrir con regularidad.
Si alguna vez tuviste la sensación de haber vivido una situación, cuando conscientemente nunca lo experimentaste en realidad, entonces has tenido un déjà vu. Pero no te preocupes, este fenómeno lo suele vivir la mayoría de las personas al menos una vez a lo largo de sus vidas. Y es causado por un fallo de nuestro propio cerebro. Aunque no es algo patológico, en casos muy puntuales y en algunas enfermedades, puede generarse con más frecuencia de lo que es considerado como normal.
¿Qué es el déjà vu?
El déjà vu nace de una expresión francesa que significa “ya visto” y hace referencia a vivencias nuevas que son experimentadas como eventos ya vividos o sentimientos antes percibidos. Según expertos en neuropsicología, esta sensación se produce por un fallo en el procesamiento de la memoria que ocurre específicamente en el área cerebral llamada lóbulo temporal y tiende a durar entre 10 y 30 segundos.
¿Por qué se produce en nuestras mentes?
Para entender con claridad por qué ocurre esta reacción psicológica, es preciso saber que el cerebro tiene varios tipos de memoria. La memoria inmediata, que es capaz de repetir al momento y luego olvidarse del evento. La memoria a corto plazo, que por lo general dura unas pocas horas. Y la memoria a largo plazo, que es la responsable de almacenar los acontecimientos durante meses o años, transformando los sucesos en recuerdos del pasado.
Teniendo esto en cuenta, cuando se genera un déjà vu, lo que ocurre es una anomalía en el cerebro que hace que las situaciones que están sucediendo en el presente, acaben siendo almacenadas directamente en la memoria a corto o largo plazo y no en la memoria inmediata. Lo cual da la impresión de que el hecho ya ha ocurrido con anterioridad y se manifiesta como un recuerdo del pasado y no como una experiencia inédita.
Si lo llevamos a términos metafóricos, podríamos decir que la memoria puede organizarse en nuestro cerebro en 3 cajones distintos. El primero de ellos, es utilizado para introducir la información que pasa a la memoria inmediata, que es donde generalmente se guardan datos irrelevantes como, por ejemplo, el número de placa de un coche o el nombre de una canción. En el segundo cajón, se almacena la información que va dirigida a la memoria a corto plazo. Mientras que, en el tercero, se aloja la información destinada a la memoria a largo plazo, como nuestro nombre.
Cuando se produce un déjà vu, la información percibida en un momento dado pasa directamente al cajón de la memoria a largo plazo, saltándose el primer cajón. Es por esta razón que se tiene la sensación de haber vivido esa experiencia por segunda vez. Cuando en realidad se está viviendo algo completamente nuevo.
Factores que pueden desencadenar un ‘déjà vu’
De acuerdo con expertos, el correcto funcionamiento de la memoria depende de la atención y estado de ánimo del individuo. Cuando estamos bajo situaciones de estrés, estos factores se alteran, teniendo una repercusión en el procesamiento y almacenamiento de la información que ingresa al área del cerebro donde actúa la memoria. Por lo que las personas que se enfrentan a niveles de estrés altos, pueden percibir déjà vu con más frecuencia.
Un ejemplo de esta alteración lo podemos ver en los exámenes cuando una persona por no tener control sobre sus nervios termina quedándose en blanco sin poder responder. Esto ocurre porque las puertas de los cajones de la memoria se cierran y no permiten pasar la información.
La frecuencia con la que suceden los ‘déjà vu’ puede variar entre personas. Sin embargo, pese a no conocer las causas exactas de esta mayor incidencia, estos fenómenos tienden a ser más frecuentes en edades comprendidas entre los 15 y los 25 años. Y se especula que podría tener relación con la etapa de transición que atraviesa el cerebro hacia la adultez.
De igual forma, se ha observado que los ‘déjà vu’ ocurren con mayor regularidad en algunos pacientes con epilepsia, particularmente cuando se encuentra localizada en el lóbulo temporal. También puede estar asociado con otros problemas neurológicos, aunque es importante aclarar que el déjà vu no se considera como un trastorno del cerebro.
¿Existe un vínculo con las enfermedades mentales?
La psiquiatra de la Unidad de Hospitalización Breve del Hospital Dr. Rodríguez Lafora, Patricia Bernal García explica que los fenómenos de déjà vu se han observado en un 80 % de la población general no clínica (sin patología psiquiátrica). Por lo que tampoco se asocia a enfermedades mentales.
En un estudio de un paciente con esquizofrenia, Bernal García llegó a la conclusión de que los déjà vu probablemente son actividades mentales de baja patología. Ya que su frecuencia en pacientes con esquizofrenia es menor en comparación con la población general.
La psiquiatra también señaló que estos fenómenos no son exclusivos de la población psiquiátrica. Lo que nos hace pensar que no existe una base patológica en su producción. Y que cuando una persona manifiesta una frecuencia elevada de déjà vu se debería descartar alguna patología del lóbulo temporal.
‘jamais vu’
Contrario a lo que sucede en el déjà vu, el jamais vu también es un fenómeno que experimentan algunas personas. Aunque en este caso se trata de una percepción que se manifiesta con menor frecuencia.
El jamais vu es otra expresión francesa y significa ‘jamás visto’. Este término es utilizado para referirse a la sensación de no ser capaz de reconocer la situación en la que se encuentra la persona, a pesar de tratarse de algo que hace con regularidad.
Un ejemplo podría ser cuando alguien acude a su trabajo y tiene la sensación de llegar allí por primera vez, cuando realmente acude todos los días. García comenta que es muy extraño que ocurra este tipo de eventos y pueden estar más asociados a problemas neurológicos como la amnesia. Aunque también puede darse el caso de que ocurra en personas sanas.
El jamais vu también puede estar relacionado con el procesamiento de la información que la persona percibe y la forma en la que la almacena en su cerebro.