La subida del combustible pone en jaque al transporte

La inflación y las subidas de los precios en muchos sectores clave están complicando sobremanera la situación en todo el país. Durante el último año, el precio del combustible se ha disparado como nunca antes por numerosas razones, aunque una de las más acusadas es la del conflicto entre Rusia y Ucrania. Sea cual sea el origen del problema, el precio del diésel ha llegado a los 2 euros por litro, algo nunca antes visto en la historia de España.

Ese incremento afecta a los bolsillos de todos, sobre todo de las empresas cuya actividad gira en torno a los combustibles fósiles, como son las empresas logísticas, de mudanzas o aeronáuticas. ¿Cuánto ha impactado la subida del combustible a las empresas de transporte? ¿Qué están haciendo para seguir adelante? ¿Qué futuro les aguarda? Vamos a abordar todas esas preguntas, las que más están sobrevolando la actualidad de estas últimas semanas.

El precio del combustible está dañando al transporte

Antes de la enorme escalada de precios, el coste total del servicio de transporte tenía que dedicar aproximadamente un 30% del dinero al combustible. A eso hay que sumar la inflación, que ya en febrero registraba un aumento del 7,6% respecto al año anterior. Esta combinación ha empobrecido el rendimiento económicos de los negocios del sector del transporte, porque no solo afecta a lo que cuesta llenar el depósito, también afecta a lo que cuesta mantener la maquinaria por la inflación.

Esto, de un modo u otro, se está reflejando en las tarifas del sector del transporte, aunque quizá no tanto como cabría esperar. En 2021, el precio medio por kilómetro alcanzaba su máximo histórico, sin embargo, las cifras simplemente mostraban una subida de precios del 0,87% respecto a 2020. Subida muy lejos de la que marcaba la inflación. En 2022, por otra parte, el ascenso se está haciendo notar considerablemente.

La subida de los precios del combustible afecta a consumidores y transportistas por igual, pues de la misma forma que se ven reducidas las ganancias de las empresas de transporte, los productos finales suben de precio en una escalada inflacionaria. No obstante, algunas empresas ligadas al transporte de mercancias por carretera han apostado por mantener el precio de sus servicios para beneficiar al usuario final.

Un claro ejemplo, es la empresa de mudanzas y transportes Mudanzas Logroño ®, que lleva operando en La Rioja durante más de 10 años. Siempre se ha definidio por ofrecer un servicio flexible y económico, al alcance de todos los bolsillos y, por tanto, durante esta crisis del combustible están realizando un sacrificio en beneficio de sus clientes. Esta apuesta está siendo seguida por otras muchas compañías que están poniendo en juego su futuro por no ahogar más al consumidor final.

El problema, no obstante, es que todo esto no solo afecta a este sector, sino a todos aquellos que dependen de él. Ya se han visto problemas de abastecimiento en numerosos comercios, retrasos en el envío de pedidos y más; pero también se vaticinan consecuencias mayores a medio y largo plazo, ya que la espiral de precios ha cogido un ritmo difícil de revertir salvo que los precios del combustible y otros gastos derivados se estabilicen. Cosa difícil, sobre todo por cómo la inflación sigue ascendiendo casi sin freno mes a mes. Algunas empresas están manteniendo precios para facilitar las cosas, pero otras no se lo pueden permitir.

¿Qué solución hay para el sector?

La actualidad de las últimas semanas a nivel nacional ha quedado marcada por el paro de la patronal del transporte, que ha llegado a inmovilizar los servicios de numerosas empresas y limitar su capacidad para solventar la demanda por la falta de producto. El gremio solicitaba alguna solución que permitiera capear esta dolorosa subida del combustible y, por el momento, la primera medida que va a llevarse a cabo es una subvención de 20 céntimos por cada litro de combustible repostado.

Asimismo, también se planea facilitar una serie de ayudas directas para el mantenimiento de los vehículos que, por el momento, parece ser adecuada para las exigencias del sector. Sin embargo, hay quienes ponen en duda la eficacia de estas soluciones que se han planteado, principalmente porque ya se han empezado a notificar incrementos de precio en algunas gasolineras de más de esos 20 céntimos por litro para aumentar ingresos aprovechando la ayuda económica.

La situación sigue evolucionando día a día, aunque todavía hay leyes e ideas que se siguen planteando para que el sector del transporte pueda capear mejor esta tormenta. Se sigue exigiendo la necesidad de garantizar que el servicio no se pueda efectuar a pérdidas, algo que ya se ha estado tanteando como propuesta de ley al igual que sucede en otros sectores, pero también que la situación con el combustible se regularice y vuelva a unos índices lógicos.

Por el momento, dada la situación que se está viviendo a nivel internacional, no parece que vaya a ser fácil. Sea como fuere, el sector sigue resistiendo y planteando sus propios caminos para aguantar el chaparrón del combustible. 

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