El Vaticano desconectado: sin teléfonos móviles durante el cónclave papal

El Vaticano desconectado: sin teléfonos móviles durante el cónclave papal. El Vaticano se prepara para uno de los momentos más solemnes y reservados de la Iglesia Católica: la elección del nuevo papa. En este contexto, las autoridades vaticanas han anunciado que todas las señales de teléfonos móviles serán desactivadas este miércoles, como parte de un estricto protocolo de confidencialidad que rodea al cónclave. La medida, que busca evitar cualquier filtración o interferencia externa, forma parte de una serie de controles cuidadosamente establecidos para proteger la privacidad y el carácter sagrado de este proceso único.

El Vaticano desconectado: corte de señal, cuándo y por qué

El Vaticano desconectado durante el cónclave: la señal telefónica se cortará exactamente a las 3:00 p.m. hora local, una hora y media antes de que los cardenales electores se trasladen a la Capilla Sixtina. Este acto marca el comienzo del cónclave, que históricamente se celebra a puertas cerradas y bajo un nivel extremo de secreto. El corte de comunicaciones será total, abarcando llamadas, mensajes, internet móvil y cualquier tipo de conexión inalámbrica.

El objetivo es claro: garantizar que no haya ningún contacto con el exterior durante el desarrollo de las votaciones. Esta desconexión tecnológica es una muestra del fuerte compromiso del Vaticano con la tradición y la confidencialidad, evitando así que influencias externas puedan alterar el curso del proceso.

Un cónclave rodeado de tradición y sigilo

El cónclave es una ceremonia que combina siglos de tradición con estrictos protocolos de seguridad y aislamiento.

Los 133 cardenales que van a participar en el cónclave del hoy 7 de mayo entregaron todos sus teléfonos y dispositivos electrónicos ayer martes. Los mismos les serán devueltos solo una vez finalizada la elección. Esta medida es una de las muchas diseñadas para impedir cualquier comunicación con el mundo exterior.

Durante la duración del cónclave, los cardenales permanecerán completamente incomunicados dentro del Vaticano, alojados en la residencia de Santa Marta y trasladándose solo hacia y desde la Capilla Sixtina, donde se llevan a cabo las votaciones.

Desconectados del mundo exterior, sin acceso a teléfonos ni dispositivos electrónicos, los cardenales asumirán el compromiso de guardar “absoluto y perpetuo secreto” sobre todo lo que ocurra durante el proceso de elección.

Esta clausura estricta, impuesta por siglos de tradición y reforzada por normas vaticanas modernas, garantiza que las deliberaciones se realicen en un entorno de recogimiento, oración y total confidencialidad. Este ambiente cerrado y protegido busca favorecer una deliberación libre de presiones políticas, mediáticas o personales.

La Capilla Sixtina: escenario del secreto

El lugar donde se realiza el cónclave, la Capilla Sixtina, es simbólicamente poderoso. Durante este período, se convierte en un espacio totalmente sellado, tanto física como tecnológicamente. Todas las entradas son vigiladas y se prohíbe el ingreso a personas ajenas al proceso. Además, se instalan inhibidores de señales para garantizar que no haya ninguna posibilidad de comunicación hacia el exterior.

Incluso el personal que colabora dentro del recinto —como médicos, asistentes o personal de limpieza— jura confidencialidad absoluta, bajo pena de excomunión. La seriedad de estas normas refleja la importancia que el Vaticano le otorga al carácter espiritual y reservado de este acto.

Un momento histórico

Cada cónclave es un evento cargado de expectativa global. Sin embargo, más allá de la atención mediática, el Vaticano insiste en proteger el núcleo de esta ceremonia: la reflexión espiritual y la libertad del voto de los cardenales. La desconexión total de los teléfonos móviles es, en este contexto, una decisión simbólica y práctica que recuerda que la elección del Papa pertenece al ámbito de la fe, y no al ruido del mundo moderno.

Compartir noticia: