Ola de calor azota Europa: España superó los 43 grados

Ola de calor azota Europa: las temperaturas han superado los 40 °C en numerosos países, afectando la vida cotidiana, la salud pública y provocando incendios forestales de gran magnitud. España, Grecia, Portugal e Italia son algunos de los países más golpeados por esta crisis climática, que según los expertos está directamente relacionada con los efectos del cambio climático.

Temperaturas extremas en el sur de Europa

Desde principios de julio, el sur de Europa ha sido testigo de temperaturas abrasadoras que rompen récords históricos en varias ciudades. En España, localidades como Córdoba y Sevilla han superado los 43 °C y se han emitido alertas rojas por riesgo extremo. En Italia, Roma y otras ciudades del centro han experimentado picos cercanos a los 42 °C, lo que ha obligado a modificar rutinas, suspender clases y reducir jornadas laborales al aire libre.

La situación también es crítica en Portugal: Lisboa ha vivido jornadas de más de 41 °C y las autoridades han recomendado a la población permanecer en sus casas durante las horas de mayor exposición solar. En Grecia, el calor ha alcanzado niveles alarmantes, con la capital, Atenas, bordeando los 44 °C, lo que ha afectado a miles de turistas y residentes.

Incendios forestales en Grecia y Portugal

El calor extremo ha creado condiciones propicias para incendios forestales. En Grecia, los bomberos han tenido que enfrentarse a un gran incendio que se desató cerca de Atenas a finales de la semana pasada. Las llamas, alimentadas por los fuertes vientos y la sequedad del terreno, obligaron a evacuar a poblaciones cercanas y desplegar aviones hidrantes para evitar que el fuego llegue a zonas residenciales.

Portugal también se encuentra en una situación delicada: se declararon varias regiones del país en alerta máxima por riesgo de incendio. Las autoridades portuguesas han movilizado a más de 1.000 bomberos en distintos focos activos en el centro y sur del país. Asimismo, han pedido ayuda internacional para contener las llamas.

La sequía prolongada, la escasa humedad del suelo y las altas temperaturas generan un cóctel peligroso que pone en riesgo bosques, viviendas rurales y la vida de los habitantes.

Impacto en la salud y la vida cotidiana

Las olas de calor no sólo afectan al medio ambiente, sino también a la salud pública. Los servicios sanitarios de varios países han reportado un aumento en las hospitalizaciones por golpes de calor, deshidratación y afecciones respiratorias. Especialmente entre personas mayores, niños pequeños y quienes padecen enfermedades crónicas.

Los gobiernos han activado planes de emergencia, habilitando centros con aire acondicionado para poblaciones vulnerables y distribuyendo agua gratuita en espacios públicos. En muchas ciudades, se ha reducido el horario laboral de los trabajadores al aire libre y se han cancelado eventos al mediodía para evitar riesgos.

Dentro del ámbito turístico, algunas atracciones emblemáticas se cerraron temporalmente. En Grecia, por ejemplo, se ha limitado el acceso a la Acrópolis durante las horas de mayor calor y en Francia se cerró el acceso a la cima de la Torre Eiffel.

Intensa ola de calor azota Europa y el cambio climático: la causa de fondo

Según los expertos en meteorología y cambio climático, esta intensa ola de calor que azota Europa no es un fenómeno aislado. Las olas de calor extremas son cada vez más frecuentes, intensas y prolongadas como consecuencia del calentamiento global. Las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso excesivo de combustibles fósiles y la deforestación están alterando los patrones climáticos tradicionales y elevando las temperaturas medias del planeta.

Europa, que se calienta al doble de la media global, se ha convertido en un epicentro del cambio climático. Las autoridades europeas ya advierten que este tipo de eventos extremos se repetirán con mayor frecuencia en los próximos años. Es fundamental adoptar medidas urgentes para reducir las emisiones y proteger a las poblaciones más vulnerables.

Un llamado a la acción

La ola de calor azota Europa en este verano de 2025 y marca una advertencia clara. Las consecuencias del cambio climático ya no son un riesgo futuro: son una realidad que afecta la vida de millones de personas. Desde los incendios forestales hasta los problemas de salud pública, la crisis climática demanda acciones inmediatas, tanto a nivel local como global.

La adaptación a nuevas condiciones climáticas, la inversión en energías renovables y la protección del medio ambiente ya no pueden esperar. El calor extremo es sólo una de las muchas manifestaciones del desequilibrio climático que atraviesa el planeta. Europa está en la primera línea de esta batalla.

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