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El impuesto de basuras impuesto por el gobierno de España ha generado un notable malestar social. A poco más de un mes de su aprobación, las quejas de ciudadanos preocupados por esta nueva carga no han dejado de aumentar, especialmente entre aquellos con menos margen económico.
El impacto ya se deja sentir en los primeros recibos. Muchas personas, que ya se mostraban críticas con decisiones anteriores, ahora se suman a las protestas contra la Ley 7/2022. Esta norma, orientada a objetivos de sostenibilidad, ha sido interpretada por una parte de la población como una decisión desacertada.
¿Cómo se organiza la nueva tasa de basuras en España?
Antes de explicar en qué consiste la recogida de firma que se está realizando, es fundamental saber que la tasa no se aplicará igual en todo el país. Cada ayuntamiento tendrá libertad para establecer su cálculo y condiciones, en función del tamaño y perfil de su municipio.
Entre los factores que determinarán la cuantía se encuentran el valor catastral del inmueble, el consumo de agua y el número de empadronados. Esto significa que el coste diferirá considerablemente entre grandes urbes y pequeñas localidades. Para algunos, esta fórmula introduce una lógica más equitativa, que se ajusta a la diversidad del territorio.
La media de pago estimada en los municipios que ya han activado esta tasa es de 80€ anuales. Aunque puede parecer poco si se relaciona con el cuidado del medioambiente, muchas familias consideran que se suma a otros pagos que, juntos, comprometen su economía.
¿A quién afecta la nueva tasa de basuras aplicada en España?
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha especificado que la persona obligada al pago será la que reside en el inmueble y hace uso del servicio. Así, el inquilino, y no el propietario, deberá asumir este nuevo gasto, como usuario directo del sistema de recogida.
Esta disposición ha generado controversia en el mercado del alquiler. Algunos defienden que lo justo es que pague quien genera los residuos, mientras que otros creen que se trata de una carga estructural que debería asumir el propietario. La falta de consenso ha abierto nuevas discusiones sobre cómo se reparten las obligaciones.
El lema de la campaña, “quien contamina, paga”, pretende promover la conciencia ecológica vinculándola a la responsabilidad económica. Si bien la preocupación por el medioambiente ha crecido, muchas personas solo reaccionan cuando hay una repercusión directa en su bolsillo.
¿En qué consiste la recogida de firma contra la tasa de basuras?
Como en otras ocasiones, cuando una medida se considera injusta, la sociedad se moviliza. La recogida de firma se convierte así en un instrumento democrático para canalizar la oposición y demandar una revisión que tenga en cuenta la situación real de muchos hogares.
En Madrid, donde se prevé que los primeros recibos lleguen a partir de julio de 2025, ya se ha iniciado una recogida de firma a través de Charge.org. Esta acción busca evidenciar la desigualdad entre territorios y reclamar una normativa más justa y coherente con la capacidad económica de los diferentes municipios. Mientras tanto, ciudades como Badajoz, Las Palmas de Gran Canaria y Málaga siguen exentas de este pago. Aunque eso puede cambiar, actualmente no están afectadas. Esta diferencia en la aplicación del impuesto pone de manifiesto que aún hay margen para el ajuste y el diálogo institucional.