Un accidente industrial en un pozo abrió la “Puerta del Infierno” que parece no apagarse nunca

La Puerta del Infierno lleva décadas ardiendo, se trata de un pozo que entró en llamas en el desierto de Asia Central como resultado de un accidente industrial que con el tiempo también se convirtió en una atracción turística para la zona. Y es por eso que cabe la pregunta: ¿vale la pena correr el riesgo de apagarlo?

La “Puerta del Infierno”, una fosa de más de 30 metros de profundidad

Hace más de una década que George Kourounis, un explorador de National Geographic, se adentró en la “Puerta del Infierno”. Esta es una fosa que mide unos setenta metros de ancho y treinta metros de profundidad, y está ubicada en el centro norte de Turkmenistán.

Se le conoce formalmente como el pozo o el cráter Darvaza (también es el nombre de un pueblo cercano de la zona). Sin embargo, su apodo describe mejor el fenómeno: un hoyo de metano que se encendió hace varias décadas en una zona remota del desierto de Karakum y que ha permanecido ardiendo desde ese entonces.

Durante el año 2013,  George Kourounis sería la primera persona en atreverse a escalar el interior del cráter Darvaza. Luego de haber pasado dos años planificando la incursión, solo dispuso de 17 minutos para lograr las lecturas de gases y muestras de suelo antes de ser izado de nuevo. El explorador recordó que aquel momento, esos 17 minutos se le quedaron grabados en su memoria. Y que la “Puerta del Infierno” daba mucho más miedo, que hacía mucho más calor y que era mucho más grande de lo pensaba.

Una incursión que covirtió a la “Puerta del Infierno” en un atractivo turístico

Fue la escalada de George Kourounis la que dio a conocer el pozo de Darvaza a nivel mundial, y las imágenes que fueron difundidas ampliamente de la flamígera conflagración, además de las historias apócrifas de su génesis, llevaron a la Puerta del Infierno a convertirse en un enorme atractivo para los turistas que visitan la hermética ex república soviética de Asia Central.

Sin embargo, el régimen autoritario de Turkmenistán tiene una relación más ambigua con el cráter, ya que de vez en cuando, anuncia que apagará de una vez por todas las llamas alimentadas por el metano antes de decidir, otra vez, dejar en paz al pozo de Darvaza.

Una tarea delicada

Este país, que cuenta con enormes reservas de petróleo y gas, posee innumerables zonas industriales donde el metano (un gas muy potente de efecto invernadero) se filtra en la atmósfera de nuestro planeta. En los primeros días del último verano, los Gobiernos de Turkmenistán y Estados Unidos debatieron maneras de cooperación para hallar la forma de sellar definitivamente estos sitios, tal vez en esa planificación se encuentre la Puerta del Infierno.

Aunque apagar el fuego de este cráter no es una tarea trivial, y quien quiera explorar esa alternativa antes debe responder 3 preguntas fundamentales: ¿Cómo se originó el cráter Darvaza? ¿Cuál es la mejor forma de apagarlo? Y, ¿Es siquiera una buena idea tratar de cerrar la Puerta del Infierno?

Al respecto, Guillermo Rein, un científico especializado en incendios de Imperial College de Londres, Reino Unido; advierte que esta incursión pudiera salir mal, ya que le preocupa el riesgo de explosión.

“Puerta del Infierno” o “Luz de Karakum”

A pesar de su apariencia infernal,  el pozo de Darvaza no es intrínsicamente extraño. También conocido como “Luz de Karakum” en turcomano, este cráter se asienta encima de la cuenca de Amu-Darya. Esta es una formación geológica que está llena de una enorme cantidad de petróleo y gas natural, en la que predomina el metano. Una gran cantidad de ese gas se escapa por medio de la corteza terrestre; si se inflama, el metano arderá hasta que sea eliminado junto a la fuente de calor y al aire rico en oxígeno.

Mark Ireland, quien es un geocientífico especializado en energía de la Universidad de Newcastle en Reino Unido; aseguró que no debería sorprendernos que exista este cráter.

Y agregó que, por lo general el metano de esta zona es aprovechado por la industria petrolera o se escapa, con frecuencia de forma inadvertida, por encima del suelo o bajo el agua. Y que el hecho de que el pozo de Darvaza lleve tantos años ardiendo sin ninguna vigilancia es peculiar, y es casi seguro que empezara como un accidente industrial de la época de la Unión Soviética y la Guerra Fría.

¿Quién sabe cuál es su origen?

Nadie conoce el origen más probable, aunque existen varias historias con elementos argumentales parecidos: en algunos momentos entre las décadas de 1960 y 1980, unos ingenieros soviéticos (posibles buscadores de petróleo) se hallaban perforando en la zona cuando la tierra se desmoronó bajos sus pies, con lo que se abrió una herida geológica que desataría una vorágine de metano.

O probablemente los ingenieros prendieron el metano con la esperanza de que se consumiera rápidamente. O tal vez algún trabajador lanzó un cigarrillo y causó el incendio por accidente. Sea como fuere, se encendió una pira que parece ser inquebrantable que emite una serie de contaminantes tóxicos, aunque como la ciudad más cercana fue arrasada en 2004, no hay lugareños a los que les cause molestias.

Por otro lado, el cráter de Darvaza también genera ingresos para los visitantes de una nación casi cerrada a los turistas. Kourounis aseguró que se trata de marketing. La Puerta del Infierno se ha convertido en la principal atracción turística de Turkmenistán, agregó.

Un uso práctico para el metano del cráter de Darvaza

El pozo de Darvaza además tiene un extraño estatus mítico dentro del país asiático gracias a su antiguo gobernante, Gurbanguly Berdimuhamedow. “Hubo un tiempo en que los habitantes pensaban que había muerto“, recordó Kourounis. “Y él demostró que continuaba vivo llevando un coche de rally al cráter de Darvaza y haciendo derrapes a su alrededor“.

Pero en enero del año pasado, poco antes de dimitir Berdimuhamedow y ceder el poder a su hijo, el ex primer ministro dijo que había que apagar el fuego de la Puerta del Infierno y darle un uso práctico al gas que emite.

Este planteamiento tiene cierto mérito, ya que el metano es un gas de efecto invernadero extremadamente potente; muy diferente al dióxido de carbono, que persiste durante siglos, desaparece de la atmósfera terrestre en unos pocos años, pero el metano también atrapa considerablemente más calor, lo que genera preocupación por su capacidad para provocar breves y bruscas distorsiones en el clima.

Varios acuerdos internacionales, como el Compromiso Mundial sobre el Metano, buscan la reducción de las emisiones de metano de origen humano y detener la liberación natural de este gas de los humedales y el deshielo del permafrost.

Turkmenistán es uno de los emisores de metano más prolíficos del planeta. Este singular honor data de la época soviética, cuando las implacables e imprudentes prácticas de extracción de combustibles fósiles crearon multitud de pozos, oleoductos y otros emplazamientos industriales con fugas, incluido el pozo de Darvaza. Estos problemas fueron heredados y quedándose sin resolver cuando el país alcanzó su independencia en el año 1991, y muchos de sus pozos, tanto en uso como abandonados, continúan teniendo fugas en la actualidad.

“Allí reina el caos”

Esto lo aseguró Euan Nisbet, un climatólogo del Royal Holloway de la Universidad de Londres (Reino Unido). Aunque en comparación con la gran cantidad de fugas de metano de Turkmenistán, la de Darvaza es esencialmente insignificante.

Es malo que tengan una fuga de metano“, dijo Rein; “aunque es bueno que se esté quemando“. Los incendios convierten la mayor parte de ese metano en dióxido de carbono y vapor de agua, que ciertamente son gases de efecto invernadero, aunque mucho menos potentes, explicó. En su forma actual, el pozo de Darvaza no es realmente una fuente de metano, aseguró Rein.

No obstante, los peculiares incendios de la Puerta del Infierno atraen la atención de los medios de comunicación y de los gobiernos, afirmó Kourounis. Eso incluye al Gobierno turcomano, que a veces puede verlo como un símbolo embarazoso de los problemas de emisiones de la nación.

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