Científicos han demostrado que el estrés puede generar canas, pero también puede revertirse

Luego de tantos mitos, finalmente se ha demostrado que el estrés puede estimular la aparición de canas prematuras; sin embargo, un reciente estudio ha determinado que tal proceso puede ser revertido de forma natural.

De acuerdo a una nueva investigación realizada en la Universidad de Columbia, se ha concluido que, si bien la acumulación de estrés puede generar canas de manera prematura; también existe una forma de hacer que el cabello vuelva a tomar su tonalidad habitual.

Nuevo estudio sobre el estrés y cómo afecta en la aparición de las canas

En una entrevista para el medio de comunicación BBC Mundo; el coautor del estudio y profesor de medicina del comportamiento del Vagellos College de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia, Martin Picard expresó que, durante décadas y décadas, los especialistas habían intentado comprender el comportamiento del estrés y como este influye en el proceso de la aparición de canas. Pero no fue sino hasta ahora que en su último estudio se mostró una conexión entre el estrés psicológico y la despigmentación del cabello.

Para hacer esto posible, el equipo de investigadores tomó muestras de cabello de un grupo de 14 voluntarios de distintas edades; y desarrolló un método que les permitiese estudiar a detalle el color de cada hebra de cabello y cuantificar la pérdida de pigmentación del mismo.

Como parte de su estudio los expertos analizaron cabellos individuales, seleccionados de distintas partes del cuerpo de los voluntarios. Y se les pidió que escribieran en un diario como sentían sus niveles de estrés semanalmente.

De esta manera lograron descubrir que, en los individuos más jóvenes, cuando los niveles de estrés bajaban o desaparecían, su cabello recuperaba la pigmentación.

Sin embargo, el ejemplo más claro y contundente fue el de un hombre que logró recuperar el color de cinco de las hebras de cabello analizadas; luego de haber pasado tan solo un par de semanas de vacaciones. Lo cual determinó que, pasar tiempo sin recibir grandes cantidades de estrés puede regenerar la pigmentación del cabello.

De igual manera, el profesor Picard dejó claro que, el cambio de color no se efectúa una vez que el cabello se encuentra fuera del folículo piloso; sino cuando están en pleno crecimiento dentro del miniórgano que se aloja bajo la piel.

¿Por qué el estrés genera canas?

Por otra parte, el experto explicó que, la pérdida de color o pigmentación en el cabello se debe posiblemente a cambios generados en la mitocondria; que son los órganos celulares que se encargan de darle la mayor parte de energía para activar las reacciones bioquímicas de la célula.

Lo que sucede es que el estrés psicológico muchas veces logra afectar en los procesos energéticos de la mitocondria; haciendo que esta no funcione como debería. Esto en resumidas cuentas es lo que trae como consecuencia la pérdida de pigmento en el cabello.

El efecto de reversión no aplica en todos los casos

Si bien es cierto que, en muchos casos el cabello de los individuos puede tomar su color original; hay personas que no experimentan este cambio, sobre todo aquellas que tienden a tener el pelo canoso o los adultos mayores que, por motivos de edad avanzada no pueden recuperar el pigmento.

Como parte de sus declaraciones, Picard afirmó que, existe algo llamado suerte de umbral biológico que hace que cuando el cabello se acerque a este, el estrés puede jugar una mala pasada llevando al cabello por encima del umbral y volverlo de color blanco. Sin embargo, cuando la fuente de estrés desaparece, el cabello vuelve a recuperar su tonalidad habitual.

Aunque es necesario recalcar que una vez que el pelo ha superado este umbral durante mucho tiempo, resulta muy poco probable que el mismo retome su pigmento original. Lo que quiere decir que, reducir el nivel de estrés en muchas ocasiones puede o no verse reflejado en la apariencia física de las personas.

Para concluir el profesor aseguró que el estudio sobre el estrés y sus efectos, abrió camino hacia la exploración de otros procesos vinculados al envejecimiento y el estrés, para determinar cómo pudiesen revertirse.

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