La neurociencia conoce mucho sobre el sueño, pero no lo sabe todo

La neurociencia ha demostrado que la falta de sueño evita la limpieza del cerebro, que se fijen los recuerdos en la memoria y llega a acelerar el deterioro cognitivo en el individuo. Sin embargo, aún tiene un largo camino por recorrer para llegar a conocer todo sobre el sueño como una necesidad.

¿Qué se conoce sobre el sueño?

La semana pasada la revista Science publicó varios artículos acerca de lo último que se conoce sobre el sueño. Algo que la ciencia ha logrado demostrar es la universalidad de la necesidad de dormir que tienen los individuos. El hecho de que un animal se entregue a un estado de inconciencia durante la noche; poniendo en riesgo su vida ante los depredadores, no pareciera tener mucho sentido. Lo que parece evidente que, desde un enfoque evolutivo, es que el sueño debe tener una función esencial.

Sin embargo, en la naturaleza existen algunas especies capaces de dormir a medias; como, por ejemplo, los delfines, que logran relajar un hemisferio del cerebro, y cierran el ojo de ese lado para dormir. Pero el otro hemisferio continúa despierto. O el caso de las fragatas peláficas que son capaces de volar dormidas en el día.

Se ha demostrado con experimentos en animales, que la privación del sueño en los humanos tiene un efecto generalizado en el cuerpo; desde la alteración en sus capacidades cognitivas hasta en la forma de caminar de la persona.

El sueño en los seres humanos

En estudios realizados con ratas, se demostró que a las que no se les permitía dormir; fueron incapaces de recordar la forma de regresar al sitio donde anteriormente encontraron comida. El sueño para los humanos también es imprescindible. Otro estudio realizado el año pasado, pero hecho con personas, llegó a demostrar que el tiempo de reacción al conducir fue mayor en los conductores que no habían dormido la noche anterior; incluso más que en los que superaban el límite permitido de alcohol.

Por su parte, un estudio corralacional de hace algunos meses, demostró que la incidencia de la demencia en 8.000 trabajadores británicos ya jubilados; era mayor entre los que reconocieron haber dormido menos de seis horas en sus años de servicio.

Entre tanto, otra investigación realizada la semana pasada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts; develó que los estudiantes que durmieron por menos tiempo, mantuvieron peor el paso encima de una cinta para correr.

La necesidad de dormir seguramente tiene una base biológica muy importante

Por su parte, el profesor Nick Franks del Imperial College de Londres; quien ha participado en la edición especial de Science. Dijo que la necesidad de dormir seguro tiene una base biológica muy importante. Señaló que, en lo evolutivo al parecer el sueño se ha venido preservando muy bien, lo que demuestra que es una función básica esencial para la vida. Por esta razón, cuando el individuo es privado del sueño, todo lo relacionado con su salud y con su comportamiento va mal.

También señaló Frank, que sigue siendo un misterio el mecanismo básico que determina lo cansado que debe estar el cerebro para que se active el sueño. Al parecer se conoce más sobre lo mal que se siente el cerebro ante la falta de sueño, que el bien que le hace dormir completo. Esta es una de las paradojas de la ciencia en el tema del sueño.

Sin embargo, la respuesta más habitual y simple es que, como pasa con otras partes del organismo; el cerebro requiere descansar luego de un duro día donde recibió muchos estímulos. El detalle de esta explicación está en que la actividad cerebral no se detiene mientras el individuo duerme, solo es distinta.

El cerebro ensaya cuando duerme lo que ocurrió mientras la persona estaba despierta

Por otro lado, Gabrielle Girardeau, investigadora del Instituto Fer ‘a Moulin de Francia; señaló que “Básicamente, el cerebro ensaya mientras duermes, lo que ocurrió en el tiempo que estabas despierto”. Se piensa que dicho proceso de reactivación es lo que permite el esfuerzo gradual de los recuerdos en la trayectoria de la vida.

Particularmente, el hipocampo (estructura fundamental para la memoria del qué, cuándo sucedió, dónde); se encarga de reactivar patrones neuronales de vigilia mientras se duerme. En sucesos cortos coordinados denominados ondas o ripples. Dichas ondas ayudan en el fortalecimiento de la marca de los recuerdos y hacen que el hipocampo pueda comunicarse con otras áreas del cerebro. Para poder asociar una emoción a un recuerdo o en la transferencia de sus detalles al córtex para lograr su almacenamiento a largo plazo.

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