El clima y la temperatura impactan la salud de los cultivos

A mediados del mes de junio, generalmente se acaba en Utah la época más fértil de año para los cultivos. Normalmente, la nieve que se derrite en los meses de abril y mayo mantiene húmedo el terreno. Lo que da paso a una hermosa explosión de flores y acelera el crecimiento de las siembras.

Este año la sequía se llevó los hermosos y verdes paisajes

El climatólogo Jon Meyer, investigador del Centro Climático de Utah; afirma que en esa época se aprecian los más bellos cultivos, un hermoso paisaje verde. Y que esta época dura alrededor de seis semanas, para luego volver al paisaje marrón del resto del año.

Sin embargo, este año hubo otro comportamiento. La sequía se apoderó del oeste de los Estados Unidos, en Utah por encima del 92% del estado se encuentra cumpliendo con los protocolos de “sequía extrema. Justificada por lo que Meyer denominó: “una combinación letal de calor y sequía récord”.

Meyer logró describir esta realidad, a través de una presentación realizada recientemente sobre este tema en el suroeste del país. El doctor expuso una colección de desalentadores indicadores, poca lluvia, altas temperaturas, humedad baja en los suelos y, por último, mala salud de la capa vegetal.

Este último factor, se convirtió en los últimos años en un indicador importante para los investigadores del clima y los meteorólogos; los cuales intentan entender de qué manera el clima y la temperatura impactan en la salud de los cultivos y, por ende, a la seguridad alimentaria, a los costos de los alimentos y al mercado mundial agrícola.

Observación de la salud de los cultivos por medio del VHI

El VHI, o Índice de Salud de la Vegetación, nació a mediados de los años 90, creado por el doctor Félix Kogan, un especialista del área de climatología y meteorología de la NOAA. El doctor Kogan señaló que; en la última década la cantidad de agricultores que utilizan este instrumento, se ha incrementado de 2.400 en el año 2010, a 69.000 en el año 2020, aproximadamente.

Por su parte, Laura Haskell de la División de los Recursos Hídricos del estado de Utah; es la coordinadora de la recomendación oficial de Utah al mapa del Monitoreo de Sequía de los Estados Unidos. El cual señala el estado de la sequía por región de EEUU, y desempeña un rol importante en la toma de decisión relacionada con los reembolsos agrícolas y otros apoyos del gobierno. Los datos del VHI, son los que sustentan esa recomendación; según Haskell.

La inteligencia en los cultivos

Al respecto, el meteorólogo Eric Luebehusen del USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos); llamó a este procedimiento, inteligencia de los cultivos. Un pequeño pero potente equipo de meteorólogos forma parte del USDA; el cual realiza grandes esfuerzos para el desarrollo de estimaciones en el área agrícola en unas 120 zonas de cultivo. Las cuales se encuentran en 35 países.

El USDA realiza dicha labor en los cultivos de hilera principales como el trigo, maíz, soja, girasoles, colza y algodón; además se apoyan en el VHI para realizar estas estimaciones en cuanto al rendimiento.

Tanto es así, que la investigación sustentada en el VHI pudiera proteger el precio de los alimentos. El conocer cómo se comportan los cultivos en otras latitudes, es el soporte de las decisiones tomadas sobre la siembra, las exportaciones que se hacen al mercado foráneo y los precios de los comestibles. Dijo el jefe del USDA, Mark Brusberg.

Al respecto Brusberg dio un ejemplo; al monitorear las siembras en Brasil, si una región del planeta está atravesando una gran sequía y por consecuencia una escasez de maíz. Esta situación también pudiera impactar los precios en los Estados Unidos, y por consiguiente los agricultores pudieran decidir plantar aquí más maíz.

Los mapas satelitales sirven para prevenir el robo de los cultivos

Actualmente es necesario contar con una inteligencia de cultivos. En julio de 1972, los soviéticos compraron quince millones de toneladas de maíz, soja, cebada y trigo a EEUU a precios con subsidio. En esos momentos Rusia atravesaba por una intensa sequía, lo que obligó al país a comprar en el extranjero el cereal que necesitaba su población. Sin embargo, esta negociación que tomó a EEUU por sorpresa; provocó que las reservas de cereales en la nación se agotaran, lo que hizo que los precios del trigo sufrieran un alza que dio lugar a una gran crisis alimentaria interna.

Más tarde a este suceso le llamó el senador Henry M. Jackson, el gran robo de cereales. Sin embargo, este hecho advirtió sobre la necesidad de monitorear el comportamiento agrícola global; y además coincidió con la llegada del Landsat 1 de la NASA, un satélite que justamente podía hacer ese monitoreo.

Este satélite fue lanzado al espacio exterior el mismo mes de julio de 1972. Esto permitió al Landsat 1 hacer la primera vista de una sequía y observar las condiciones de los sembradíos desde el espacio.

Este conjunto de hechos llevó a la NASA a aliarse con la NOAA y el USDA para el desarrollo, en 1974, de la primera proyección de producción de siembras por satélite: LACIE, Experimento de inventario de los cultivos en grandes extensiones.

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