¿Qué se puede aprender de los países nórdicos para ser más felices?

Los países nórdicos siempre llegan en primer lugar en la competencia de la felicidad. Este año Finlandia ocupó por tercer año consecutivo el primer lugar entre los países más felices, seguida por Dinamarca e Islandia. Pero, ¿por qué los países nórdicos son tan felices?

Algunos especialistas creen que es porque estas naciones son pequeñas, ricas y homogéneas. Hasta un artículo de investigación que fue publicado hace varios años, sugería que se debía a que los nórdicos están genéticamente predispuestos a ser más felices. Aunque de acuerdo con el Informe sobre la Felicidad en el Mundo (WHR, por sus siglas en inglés), estas teorías son inexactas.

No todos los países ricos son felices como los países nórdicos

Es cierto que los países nórdicos son todos relativamente ricos y felices; sin embargo, no todos los países ricos son tan felices como ellos. Por ejemplo, Singapur es una de las naciones más ricas del mundo, pero ocupa el puesto número 25 de la felicidad. Mientras que Arabia Saudita, que es el séptimo país más rico del mundo, está en el puesto 26 de los países más felices.

En único factor monetario que se debe tener presente es que los países nórdicos son famosos por tener bajos niveles de desigualdad de ingresos; pero los investigadores no han podido demostrar que este factor se correlaciones realmente con una mayor tasa de satisfacción vital.

No obstante, lo que sí han logrado demostrar los expertos es el hecho de que, si la desigualdad de ingresos genera desconfianza, este elemento contribuye directamente a una menor satisfacción vital en la persona. Es decir, la gente odia sentir que la engañen.

¿Se puede estar genéticamente predispuesto a ser feliz?

Hay quienes creen que debe ser la genética de la gente de los países nórdicos lo que los hace propensos a la felicidad. ¿Los nórdicos están predispuestos biológicamente a ser felices?

Aunque si la respuesta fuera un rotundo sí, eso únicamente esbozaría un tercio de todo el panorama.

Desde hace mucho tiempo la ciencia nos viene diciendo que la genética desempeña un rol determinante al momento de explicar la satisfacción de las personas con su vida. Es lo que los especialistas en felicidad denominan los biomarcadores de la felicidad.

Pero los estudios señalan que entre el 60 por ciento y el 70 por ciento de la diferencia de felicidad entre las personas obedece a factores externos, de manera que solo el 30 por ciento o el 40 por ciento restante se le puede atribuir a la genética.

Tampoco es porque sean países pequeños y homogéneos

El equipo de expertos del WHR también aseguran que no ha podido demostrar que haya una relación directa entre el tamaño de la población de un país y la satisfacción vital.

Por otro lado, los países nórdicos no son tan homogéneos que se diga. Cerca del 8 por ciento de la población de Finlandia ha nacido en el extranjero, aproximadamente ese mismo porcentaje registra Dinamarca, donde el 7,5 por ciento de la población es extranjera. Cosa que no es muy diferente en naciones como Francia, lugar donde la tasa de inmigrantes alcanza un 10 por ciento de la población.

Y a pesar de que el diez por ciento parece una cifra importante, los hallazgos del Informe Mundial de la Felicidad del año 2018, mostraron que la proporción de inmigrantes en una nación no tiene ningún efecto sobre el nivel medio de felicidad de las personas nacidas localmente.

De los países más felices en la lista, diez de ellos tenían una proporción parecida de inmigrantes que tenía una media del 17,2 %, que es casi el doble del promedio mundial.

La importancia de la confianza para alcanzar la felicidad en los países nórdicos

Y lo que es más significativo, otras investigaciones muestran que el efecto de la diversidad étnica en la confianza social carece de importancia cuando hay instituciones del gobierno de calidad. Y esto conlleva al elemento aglutinante de la felicidad en los países nórdicos, se trata de la confianza.

Cuando se le preguntó al profesor John F. Helliwell, quien es el editor del Informe Mundial sobre la Felicidad, que lleva 25 años trabajando en encuestas sobre la satisfacción vital: ¿cómo pueden alcanzar la felicidad los países al estilo nórdico?

Helliwell respondió: es muy sencillo, hay que tener un alto nivel en las 6 variables (bromea al referirse a los 6 indicadores clave del WHR), que son el PIB per cápita, esperanza de vida sana, apoyo social, generosidad, libertad y corrupción.

Aunque en lo que sí se destacan los países nórdicos es en la benevolencia y en la confianza, tanto en sus instituciones del Estado como en su comportamiento privado.

Pero, ¿qué quiere decir esto en la práctica? A continuación la opinión de los expertos sobre el asunto.

Analizando la brecha de la felicidad

Este año por primera vez, el Informe sobre la Felicidad en el Mundo evaluó el tamaño de la brecha de felicidad que existe entre las mitades más y menos felices de la población de los países. Es decir, una clasificación más elevada representa una menor desigualdad en la felicidad.

Todas las naciones nórdicas están en puestos altos en igualdad, lo que significa que la desigualdad de la felicidad es casi cero. La mayoría de sus habitantes sienten que son felices.

Helliwell declaró que, resulta que las personas son más felices viviendo en países donde la brecha de la felicidad es menor. ¿Y en qué lugar es menor la brecha de la felicidad? Es claro que en las naciones felices, explicó.

Por el contrario, se halló que también Afganistán tiene una las brechas de felicidad más pequeñas en el Informe sobre la Felicidad en el Mundo 2023, aunque por la peor de las razones, allí nadie es feliz, dijo Helliwell.

El Estado del bienestar y la calidad de las instituciones oficiales

La calidad de las instituciones del gobierno y la generosidad del Estado del bienestar tienen un importante y positivo impacto sobre la satisfacción vital de las personas. Tanto así que el Índice de Percepción de la Corrupción puede fungir como un predictor de quién estará en los primeros o en los últimos lugares de la clasificación de la felicidad.

Los datos de este instrumento muestran que las personas están más satisfechas con su vida en las naciones donde está presente la calidad institucional. Lo que suele dividirse en calidad de ejecución y calidad democrática. La calidad de ejecución es la que está más relacionada con la felicidad de la gente, de acuerdo con el WHR. Lo que se traduce en permisos parentales generosos, buenas pensiones, sanidad y educación gratuitas, manutención de enfermos y discapacitados, prestaciones de desempleo sólidas, entre otros.

Contar con instituciones gubernamentales de calidad se traduce en niveles de desigualdad más bajos, y eso hace que la gente esté más feliz; debido a que las personas sienten que pueden confiar en sus instituciones públicas.

Poder confiar en las instituciones públicas y en la gente

Como lo asegura Helliwell, él explicó que uno de los experimentos que vienen desarrollando para probar y demostrar la relevancia de la confianza, consiste en preguntarle a la persona si piensa que le devolverán la billetera si la pierde.

Los expertos hicieron la comparación de la probabilidad de que un encuestado pensara que la regresarían la billetera perdida con su puntuación de satisfacción vital. Los resultados arrojaron que las personas que esperaban que les regresaran la billetera tenían una evaluación vital más de un punto arriba en una escala de 0 a 10.

Es decir que las personas que confiaban en que le regresarían la billetera se consideraban más felices que los participantes que no lo hacían.

La empresa estadounidense Reader´s Digest, llevó a cabo un experimento parecido a escala mundial en el año 2021. ¿Y adivinen en que ciudad se devolvían más billeteras? En Helsinki (Finlandia).

El WHR usa la Encuesta Mundial Gallup como su principal fuente de datos y solicita a los encuestados que den una amplia evaluación de la vida usando la imagen mental de una escalera, como la mejor posible para ellos como un diez y la peor posible como un cero.

¿Qué tienen que ver los valores liberales con la felicidad?

Los expertos de WHR descubrieron un fuerte vínculo entre la fiscalidad progresiva (una clase impositiva que aumenta a medida que aumenta la base imponible) y la valoración que hacen las personas de su nivel de felicidad.

Este factor conlleva a la felicidad por medio de bienes públicos y comunes como la educación, la sanidad y el transporte público que los impuestos ayudan a financiar. Y por último, sí, la confianza. Los ciudadanos confían en que el dinero será usado y distribuido sabiamente.

Otra vez, en sociedad que son igualitarias, las personas confían más en los demás. Además la confianza social ayuda a crear mejores instituciones.

La felicidad y las altas tasas de suicidios en los países nórdicos

Si nos detenemos a analizar la prevalencia de las emociones positivas en muchos países a lo largo de los informes sobre la felicidad a nivel mundial, Latinoamérica acostumbra ocupar los primeros lugares. Sin embargo, estos países ni siquiera están entre los veinte primeros en la clasificación general de la felicidad.

Por su parte, los países nórdicos aparecen como los más felices, aunque no es en estos países donde la gente declara las emociones positivas con mayor frecuencia. De hecho, la percepción que las personas de las naciones nórdicas tienen de sí mismos es bastante melancólica.

Los países escandinavos tienen una asociación histórica con altas tasas de suicidio. Por ejemplo, en el año 1990 la tasa de suicidios de Finlandia era tan alta que la nación creó y llevó a cabo la primera estrategia de prevención del suicidio a nivel mundial.

En la actualidad, las tendencias en la región han mejorado bastante, aunque Finlandia continúa ocupando el cuarto puesto en tasas de suicidio juvenil.

Pero Helliwell asegura que el modelo de felicidad encaja perfectamente con las terribles estadísticas. Por ejemplo, la medida que califica la calidad del gobierno resulta muy importante para apoyar la felicidad de la gente, aunque no tanto como para prevenir el suicidio, explicó.

Factores culturales que inciden en el suicidio

Y agregó que, las creencias religiosas son determinantes para detener el suicidio, aunque no tanto para generar felicidad. Mientras que el divorcio es malo para las dos cosas, aunque es peor para los suicidios que para la satisfacción vital.

Finalmente, esto quiere decir que los mismos indicadores que pueden predecir la felicidad no están necesariamente vinculados con la probabilidad de suicidios.

Según el investigador, esta terrible tendencia podría explicarse por factores culturales. Y explicó que, el suicidio, como otros tipos de comportamiento antisocial, tiene un cierto componente cultural, al igual que existen adicciones de diversas clases que se concentran en regiones a causa de una especie de retroalimentación positiva local. En este caso se trata de una retroalimentación negativa, agregó.

Compartir noticia: