La ciencia explica por qué las mujeres tienen más riesgo de padecer enfermedades autoinmunitarias

De acuerdo con las estadísticas, las mujeres padecen más enfermedades autoinmunitarias que los hombres. Según un estudio que fue publicado recientemente en la revista “Cell”, esto se debe al silenciamiento de uno de los cromosomas X como un factor que, a pesar de ser necesario para la producción apropiada de proteínas, al parecer está detrás de estos trastornos.

Los datos existentes en España sobre las enfermedades autoinmunitarias

En el momento en que una persona padece alguna de las enfermedades autoinmunitaria, son sus propias defensas las que se encargan de atacar las células sanas por error. Las últimas estadísticas de España, datos que fueron publicados en 2019, indican que la artrosis lumbar la sufren más de cuatro millones de personas, gota alrededor de 880.000 individuos, artritis reumatoide cerca de 300.000, artritis psoriásica casi 215.000 y lupus eritematoso sistémico lo padecen alrededor de 75.000 personas.

A pesar de su gran impacto y alta prevalencia, las enfermedades autoinmunitarias continúan siendo bastante desconocidas. En el país ibérico no se encuentran datos de mujeres y hombres con este tipo de enfermedades por separado, aunque en los Estados Unidos sí se ha hallado que, de entre los 24 a cincuenta millones de afectados en el país, hasta cuatro de cada cinco son mujeres.

Por qué las mujeres tienen más riesgo de sufrir enfermedades autoinmunitarias como artritis, esclerosis múltiple o lupus

Por ejemplo, la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide y la esclerodermia se caracterizan por una proporción desigual entre mujeres y hombres. En el caso del lupus, este llega a afectar a 9 mujeres contra 1 hombre. Y en el caso del síndrome de Sjogren, llega a ser de 19 a 1.

En base a estas diferencias tan marcadas, un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford, en los Estados Unidos, lideró el rastreo de la característica principal que diferencia a los mamíferos biológicamente femeninos de los masculinos. Con lo cual se podría facilitar la predicción de las enfermedades autoinmunitarias antes de que lleguen a desarrollarse. Los resultados serán publicados durante esta semana en la revista “Cell”.

El catedrático de Dermatología y Genética, además de principal autor del trabajo, Howard Chang; explicó que cada día ve a muchos pacientes con esclerodermia y lupus, ya que estas enfermedades autoinmunitarias se manifiestan en la piel. Y que la gran mayoría de estos pacientes son mujeres.

Las respuestas hay buscarlas en los cromosomas X

El sexo biológico en los mamíferos viene determinado por la presencia de dos cromosomas X en cada célula femenina, mientras que las células masculinas únicamente contienen 1 emparejado con otro mucho más corto, el cromosoma Y. Ciertamente los individuos pueden vivir sin el cromosoma Y, pero ninguna célula de mamífero puede sobrevivir sin al menos una copia del cromosoma X, la cual contiene cientos de genes activos que producen proteínas.

No obstante, poseer 2 cromosomas X conlleva el riesgo de que en cada célula femenina se fabrique el doble de estas proteínas, lo que sería altamente peligroso. Para que esto no ocurra, se da la denominada inactivación del cromosoma X, por medio de una molécula llamada Xist. De esta forma, se crea el mismo número tanto en una célula femenina como en una masculina.

Los investigadores señalan que es precisamente ahí donde parece estar la clave de la enorme diferencia entre mujeres y hombres en los trastornos autoinmunitarios. El estudio menciona que esta inactivación por parte de Xist desencadena más susceptibilidad en las mujeres a esta clase de patologías, lo que a los hombres no les sucede.

En cualquier caso, los resultados de la investigación muestran que la inactivación del cromosoma X puede causar enfermedades autoinmunitarias, aunque también otros factores, razón por la cual a veces los varones las desarrollan.

Un paso más para encontrar la cura

De acuerdo con el portavoz de la Sociedad Española de Reumatología y reumatólogo del Hospital del Mar de Barcelona, Tarek Salman; quien no participó en el trabajo, estos resultados tienen mucho sentido debido a que desde hace tiempo ya se sabía que trastornos autoinmunitarios como el lupus estaban muy vinculados con el cromosoma X.

Salman dijo que este descubrimiento puede facilitar el encontrar vías para el desarrollo de nuevos fármacos y terapia génica que curen la enfermedad, y no solo mitigar sus síntomas. Sin embargo, esta noticia se debe tomar con mucho cuidado, ya que las expresiones de los trastornos reumáticos son poligénicas, por lo tanto, modificar únicamente un gen no es tan importante, agregó. Aunque reconoció que es un gran avance y un paso más para hallar moléculas que mejoren la enfermedad.

Cosiendo el gen de Xist

Durante el año 2015, el equipo de Chang logró identificar alrededor de cien proteínas que se unían a Xist, que son las que le permiten a esta molécula anclarse a lo largo de regiones del cromosoma X que especifican genes. Con lo cual los investigadores observaron que muchas de estas proteínas eran conocidas por estar asociadas a enfermedades autoinmunitarias.

En el nuevo trabajo, el equipo de Chang cosió el gen de Xist en los genomas de 2 cepas distintas de ratones macho de laboratorio. Una cepa era muy susceptible a los síntomas que imitan el lupus, siendo las hembras más susceptibles que los ratones machos. La otra es resistente.

El gen de Xist que fue insertado se había modificado de dos formas. Este podía ser activado o desactivado por medios químicos, bombeando Xist únicamente cuando los investigadores lo deseaban. Este gen también se modificó un poco para que su producto de ARN ya no silenciara los genes del cromosoma del roedor macho en el que se había insertado.

La sola inserción de ese gen de Xist modificado no consiguió ningún efecto que se pudiera percibir en los roedores. Sin embargo, el Xist producido partiendo del gen insertado, una vez activado dicho gen, continuaba formando complejos característicos con casi todas las proteínas que previamente se había descubierto que colaboraban de forma estrecha con el Xist.

Para que se pueda desarrollar la autoinmunidad no solo debe actuar Xist, también se requiere una base genética apropiada

La ausencia de autoinmunidad en determinados ratones macho o hembra activados por Xist en la cepa susceptible evidenció que no únicamente es necesaria dicha activación, sino además cierta clase de estrés que daño los tejidos para que comiencen a generarse los trastornos.

Por otro lado, en la cepa resistente la activación de Xist en roedores macho de bioingeniería no fue suficiente para la inducción de la autoinmunidad. Esto quiere decir que para que esta se desarrolle, no solo es preciso la activación de Xist, sino además se necesita una base genética adecuada.

En este sentido, Chang dijo que estas limitaciones son bastante positivas, ya que si no las hubiera todas las mujeres podrían ser más susceptibles de desarrollar inmunidad.

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