¿Cómo saber cuáles son los productos de cuidado de la piel que no dañan el planeta?

Si nos tomáramos el tiempo de revisar los ingredientes de las cremas para el cuidado de la piel, notaríamos que muchos de ellos dañan el planeta. Cada vez es más urgente reflexionar sobre cuál es el impacto medioambiental de ciertos ingredientes, incluso los que son usados para la elaboración de cosméticos y productos de cuidado de nuestra piel.

Decisiones sostenibles que pueden ayudar a salvar el planeta

Para la mayoría de los consumidores no es una tarea fácil comprender cómo tomar decisiones sostenibles con los productos del cuidado de la piel, sobre todo si no se tienen muchos conocimientos químicos. La información sobre el impacto medioambiental y social de los ingredientes de los productos de belleza es bastante escasa, a pesar de la prevalencia del uso cosmético.

En la actualidad existen pocos datos sobre cuántos productos son usados normalmente a diario, aunque una encuesta de 2.300 personas llevada a cabo este año, estimó que las mujeres utilizan un aproximado de 12 productos de belleza diariamente y los hombres usan 6.

De igual forma, en la industria de la moda, gran parte de la industria de la belleza, que ha sido valorada en 430.000 millones de dólares, no hay la transparencia suficiente para que los consumidores puedan tomar decisiones informadas.

Al respecto, la directora ejecutiva de la escuela de ciudadano de la piel Fórmula Botánica, Lorraine Dallmeier, dijo que la industria de la belleza emplea enormes cantidades de ingredientes que son cultivados, cosechados y procesados, o se sintetizan en laboratorio, aunque en la actualidad no hay cifras sobre la cantidad de ingredientes usados. Ella misma está ofreciendo cursos en línea para que la gente pueda preparar sus propios productos botánicos para el cuidado de la piel.

Hazlo tú mismo: un aceite para el cuidado de la piel

Explicó que en el nivel básico de los cursos está la elaboración de una crema para los ojos, para la cual se requeriría una incubadora (en un hornillo o estufa); además de 2 vasos de precipitación, una batidora, 2 varillas de vidrio, una balanza, un termómetro y un bote de emulsionante. Dallmeier aseguró que todo el mundo puede formular.

Si decidimos intentarlo, podemos optar por la elaboración del productor más básico de todos: un aceite para el rostro de solo 2 ingredientes, que no incluye agua. Ya que si un producto para el cuidado de la piel contiene agua o algún ingrediente a base de agua, como, por ejemplo, las lociones; necesita un conservante para poder mantenerse estable y sea seguro de usar.

Dallmeier dijo que esa receta se la facilitó la marca de cuidado de la piel Soeder, que tiene su sede en Zúrich (Suiza), y controla toda su cadena de suministro, desde los ingrediente hasta el proceso de embalaje de los productos, en su propia planta y laboratorio. Esta fábrica produce la mayoría de sus productos usando ingrediente naturales como la miel y el trigo nacional y aceites prensados en frío.

Por su parte, el cofundador de Soeder, Johan Åkerström, aseguró que en lo que respecta a los ingredientes, el mayor obstáculo de la industria de la belleza es que las marcas suelen usar premezclas en sus productos, que son combinaciones ya prefabricadas de materias primas técnicas.

No se tiene la información completa sobre los ingredientes que contienen los productos de cuidado de la piel

Åkerström explicó que no es necesario que los ingredientes que forman parte de estas premezclas aparezcan en la etiqueta del producto final. Para lo que utilizó un ejemplo: si una premezcla contiene un tensioactivo como el glucósido de coco, es probable que se haya hecho con aceite de palma. No obstante, el aceite de palma no aparece por separado en los ingrediente, lo que no dejará suficientemente claro a los consumidores qué contiene el producto final.

Hay que recordar que la Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos únicamente exige que sean informados los ingredientes finales en la etiqueta del producto, en lugar de la fuente original de dichos ingredientes.

Para los consumidores que desean saber con exactitud qué contienen los productos cosméticos que usan todavía sigue siendo todo un reto la falta general de claridad en las etiquetas.

Una receta simple

Esta receta de Soeder para la elaboración de un aceite para la cara, es bastante simple. Solo se deben combinar 15 gotas de aceite de almendras dulces con 5 gotas de aceite de semilla de cáñamo. Y la forma de aplicarlo sería: dos veces al día, luego de haber limpiado el cutis y antes de hidratarlo.

Åkerström dijo que los aceites no son fáciles de usar, por lo que es importante hallar un aceite que se adapte a nuestra piel. Y explicó que el cáñamo es bastante ligero y muy rico en ácidos omega, por esta razón esta es una receta genérica y bien equilibrada. Recomendó utilizar estos mismos ingredientes en los jabones. También recomendó que primero se frote el jabón en las manos y usar esa espuma y no frotarlo directamente en el rostro.

El problema que se presentó al tratar de elaborar la receta de Soeder fue hallar los ingredientes. Solo pude encontrar el aceite de almendras dulces 100 % prensado en frío en una tienda naturista de la ciudad, donde un envase de 100 ml tiene un costo de $ 8,90.

Por otro lado, cuando quise compara el aceite de semilla de cáñamo puro, tuve que buscarlo en Internet. Y me topé con que una botella de medio litro tenía un costo de $ 10,20 más $ 3,80 del envío. En cambio hallé un aceite para la cara equivalente, pero de marca propia en una conocida tienda que cuesta apenas $ 3,20, aunque una revisión de los ingrediente me exigía estar titulado en química para poder entenderlo.

Lo barato puede resultar más caro

Echando números calculé que con esta cantidad de aceite tenía para una cien aplicaciones. Por otro lado, una vez que logré preparar el aceite facial y me lo apliqué, me di cuenta que el producto olía delicioso y dejó mi cutis suave y nutrido.

Khandiz Joni, un exmaquillador que se convirtió en consultor de sostenibilidad para ayudar a salvar el planeta; al respecto dijo que se paga por la calidad de los ingredientes, que son nutritivos, en lugar de rellenos sintéticos baratos. Estos productos suelen estar más concentrados, por lo que se necesita menos cantidad. Cuando los ingredientes de calidad cuestan más dinero, vale la pena considerarlo por qué las opciones podrían ser más baratas pero peores, agregó Joni.

El exmaquillador dijo que es como la moda rápida. Se requiere energía física, de las personas que elaboran los productos que usamos, sin mencionar el planeta, que recibe mucho daño; se debe respetar eso también. Por lo tanto debemos buscar las marcas más ambiental y socialmente responsables que estén a nuestro alcance.

Joni recomendó buscar siempre marcas que promuevan la circularidad. Que lo hagan, por ejemplo, a través del uso de ingredientes de desecho o química verde en su formulación y elaboración. Además, de que sean marcas transparentes sobre su impacto medioambiental desde la producción, el embalaje y el envío de sus productos. Y que para hacer algo por el planeta, es mejor investigar detenidamente las afirmaciones medioambientales de cualquier compañía de cosméticos.

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